Otra insípida comedia romántica con personajes y eventos completamente predecibles, al grado que con toda honestidad me pregunte si no la había visto ya (no estoy seguro aun). Todo merito de esta cinta viene de la parte de Robin Williams que, aunque duela admitirlo, puede ser bien bien gracioso.
La ficha IMDB
Sadie (Mandie Moore) y Ben (John Krasinski) se conocen, enamoran y quieren harto. Evidentemente deciden casarse. El sueño de Sadie es que la boda sea en la misma iglesia donde toda su familia se ha casado, pero para que suceda, la boda tiene que ser en solo 3 semanas y la pareja debe pasar un curso diseñado por el poco convencional reverendo Frank (Robin Williams). Este curso pondrá a prueba la relación de la joven pareja y les enseñará (y a usted, querido espectador) una valiosa lección acerca del amor.
Todo lo que uno esperaría que sucediese con una trama como esta sucede. Confusión, tristeza, bromas sosas, conflictos familiares, desencuentros, dudas y un final feliz que estaba planeado desde el inicio. Es cierto que hay una que otra broma cotorrona, pero la mayoría son bastante planas y a lo más merecen una sonrisita condescendiente.
Mención especial merecen las actuaciones. Entre los tres personajes principales logran cubrir toda la gama. John Krasinski es básicamente el mismo personaje que en la serie de televisión que lo llevo a la fama. Idéntico. Para ayudarlo a comprobar la situación, las escenas en las que aparecen otros miembros de dicha serie podrían con toda facilidad pegarse juntas para hacer un episodio. Krasinski es un tipo simpático, aunque llamarlo “actor” sería un poco una exageración. Mandy Moore es…meh…el papel es tan predecible que no sorprende en un sentido ni en el otro, al menos no distrae con lo mala que es. Robin Williams es divertidísimo. No es que se convierta en una persona completamente diferente, pero a veces se olvida lo francamente gracioso que es este veterano. Cualquier risa durante la cinta es provocada por lo bien que Williams ejecuta la excentricidad de su personaje.
Fuera de eso, nada que decir. Salvo que otra vez, el final feliz no tiene sentido. Después de darse cuenta de todo lo que Sadie y Ben se dieron cuenta, la única conclusión posible es que no deberían estar juntos. Simplemente no va a funcionar. Pero aun así se casan. No tiene sentido…a menos que me este perdiendo algo...
La ficha IMDB
Sadie (Mandie Moore) y Ben (John Krasinski) se conocen, enamoran y quieren harto. Evidentemente deciden casarse. El sueño de Sadie es que la boda sea en la misma iglesia donde toda su familia se ha casado, pero para que suceda, la boda tiene que ser en solo 3 semanas y la pareja debe pasar un curso diseñado por el poco convencional reverendo Frank (Robin Williams). Este curso pondrá a prueba la relación de la joven pareja y les enseñará (y a usted, querido espectador) una valiosa lección acerca del amor.
Todo lo que uno esperaría que sucediese con una trama como esta sucede. Confusión, tristeza, bromas sosas, conflictos familiares, desencuentros, dudas y un final feliz que estaba planeado desde el inicio. Es cierto que hay una que otra broma cotorrona, pero la mayoría son bastante planas y a lo más merecen una sonrisita condescendiente.
Mención especial merecen las actuaciones. Entre los tres personajes principales logran cubrir toda la gama. John Krasinski es básicamente el mismo personaje que en la serie de televisión que lo llevo a la fama. Idéntico. Para ayudarlo a comprobar la situación, las escenas en las que aparecen otros miembros de dicha serie podrían con toda facilidad pegarse juntas para hacer un episodio. Krasinski es un tipo simpático, aunque llamarlo “actor” sería un poco una exageración. Mandy Moore es…meh…el papel es tan predecible que no sorprende en un sentido ni en el otro, al menos no distrae con lo mala que es. Robin Williams es divertidísimo. No es que se convierta en una persona completamente diferente, pero a veces se olvida lo francamente gracioso que es este veterano. Cualquier risa durante la cinta es provocada por lo bien que Williams ejecuta la excentricidad de su personaje.
Fuera de eso, nada que decir. Salvo que otra vez, el final feliz no tiene sentido. Después de darse cuenta de todo lo que Sadie y Ben se dieron cuenta, la única conclusión posible es que no deberían estar juntos. Simplemente no va a funcionar. Pero aun así se casan. No tiene sentido…a menos que me este perdiendo algo...
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