Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Sunday, November 27, 2011

El árbol de la vida (Terrence Malick , 2011) – 8/10


Extraña película, casi sin narración, construida alrededor de uno de sus personajes y de su cuestionamiento. ¿A la vida? ¿A Dios? ¿Al universo? Un poema. Una hermosa meditación. ¿O una oración? Palma de oro en Cannes 2011.

Ficha IMDb

La única película de Terrence Malik que haya visto antes de The tree of life es La delgada línea roja, hace mucho (1998) . Y el único recuerdo que tengo es él de unos soldados perdidos entre altas hierbas. y subiendo una colina. Así que no puedo opinar si la ultima es mejor de sus obras, si es la culminación, si tiene alguna relación con las otras, formal o temática.

En The tree of life, toda la reflexión parece suscitada por la muerte del hermano menor de Jack , Steve (Tye Sheridan). A partir del dolor, manifestado de forma muy diferente por el padre (Brad Pitt) y la madre (Jessica Chastain , la misma de The debt ) surgen preguntas y, se podría decir, un delirio d imágenes . Jack O’Brien adulto (Sean Penn) camina con mirada perdida y expresión sombría en, entre, abajo de, edificios altísimos, rascacielos de acero y vidrio, levantados contra el cielo, como arboles transparentes y elegantes. Su voz en off, o a veces la de la madre, peguntan en segunda persona sobre el sentido de la vida, se dirigen a Dios’ a la naturaleza?. O es la voz de Dios mismo hablando a los hombres?

Después de caminar en la ciudad, Sean Penn camina en un desierto de roca, imágenes que vendrán varias veces interrumpir lo que se puede considerar una secuencia. Cronológica: del origen del mundo (Génesis o Big Bang) hasta la adolescencia del chico. O lógica: de lo más universal a lo más individual.

Terminará retomando el camino de la búsqueda del personaje hasta la secuencia final: una playa donde todos los personajes, en todas sus edades se encontraran felices, y la voz de la madre dejará ir a su hijo muerto.

Las imágenes de la historia del universo, olas, cascadas, erupciones de volcanes, amaneceres alrededor del planeta tierra, recuerdan a veces al Kubrick de 2001. La etapa de los dinosaurios me parecía más bien de risa, poco seria. Muy de plástico después de las potentes tomas de la fuerza de la naturaleza. Voy de acuerdo que se hizo con el objetivo de mostrar el movimiento de la mano (perdón, de la pata) del dinosaurio grande y parado, sobre el pequeño cuerpo del dinosaurio herido: imposición, dominación a la vez que compasión y protección.

Reconozco que esta parte de la película me aburrió un poco. Pero toda la parte de evocación de la niñez, en el vecindario tranquilo de una pequeña ciudad de Texas , entre arboles, amigos y familiares, me pareció hermosa. Obviamente, y para no traicionar el espíritu de totalidad que parece imperar en Malik, se empieza con el feto, se vive el alumbramiento, se admira la pequeñez del bebe (su pie en las manos del padre, otra vez: mano fuerte, protección del pequeño). El bebe llorando en brazos del padre y la mano grandota que sostiene y retiene. Dulce y fuerte.

Padre que después obligará a los chicos a trabajar en el jardín, a respectar la línea invisible de división con el terreno del vecino, a cerrar todas las puertas sin hacer ruido, a callarse… El padre, músico frustrado, padre que exige que le llamen “Sir” o “Father”, y no “Dad”.

Y, por el otro lado, la madre. Ligereza y dulzura. Frágil y silenciosa.

Porque, según la voz en off, hay dos caminos para encontrar a Dios: el de la naturaleza, fuerte, solido, con los pies en la tierra (el padre) y él de la gracia , sutileza, intuición (la madre). Un poco como lo dijo Pascal: el camino del corazón y el camino del corazón.

El fotógrafo mexicano Emmanuel Lubezki lleva una cámara siempre en movimiento, que parece nunca descansar, y se dedica a seguir a los actores, dejándoles todo el tiempo de vivir la vida de sus personajes, y, de vez en cuando, se eleva a ver, entre los árboles, la luz. Brad Pitt le da mucha presencia y fuerza a su personaje y el Jack infantil ( Hunter MacCracken) es alternativamente enternecedor o desagradable, conforme va creciendo, rebelándose , tornándose agresivo o inquietante.

Magnificas imágenes que dejan al espectador en un estado casi hipnótico. Pero, personalmente, toda la historia del universo, con dinosaurios incluidos, me parecio muy larga. (Tampoco me gustó el campo de girasoles al final: muy cliché) .

Aunque se entiende que esta larga historia del universo es necesaria, en el planteamiento de la pegunta que cada uno se puede hacer: ¿Cuál es mi lugar en este mundo? ¿Cómo, y porque he llegado aquí? ¿Quién, y con qué fin, me puso aquí?

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