Soderbergh tiene la capacidad de hacer cintas completamente distintas las unas de las otras en términos de su calidad. De Erin Brokovich a Traffic y de regreso a la saga de Ocean’s. The Informant! Comienza como una bonita comedia absurda, y poco a poco se transforma en una película inteligente y de verdad interesante.
La ficha IMDB
Basada en una historia real: Mark Whitacre (Matt Damon) es el ejecutivo más joven en ADM, una empresa gigante que se dedica a la comercialización de derivados del maíz. Por presiones internas Mark inventa una historia de espionaje corporativo que atrae al FBI, y entonces Mark decide confesar que ADM y sus competidores están ilegalmente ajustando precios en el mercado. Durante años Mark ayuda al FBI a recaudar evidencia, pero pronto descubrimos que Mark es el mismo un criminal, y que en realidad el tipo esta chiflado.
La película hace un trabajo genial presentando a Mark, todos los rasgos de su personalidad están ahí desde el inicio, pero un excelente trailer y la presentación selectiva de información, hacen que lo leamos de manera incorrecta. Mark no es un imbécil que pone en peligro la investigación del FBI, al contrario, el tipo es realmente inteligente y se las arregla para que todo salga bien. Al mismo tiempo, es un mentiroso patológico, es un sujeto bipolar que no puede callarse y tiene una concepción completamente errada de sí mismo y la realidad.
La narrativa de la cinta es genial, revelando poco a poco al personaje, mostrándonos como las mentiras se construyen, aunque no sepamos aun que son mentiras, y llevándonos de la mano hacia el descubrimiento final, la revelación de los verdaderos motivos de Mark, y su personalidad.
La actuación de Matt Damon funciona a la perfección, con una personificación a todos niveles convincente, el lenguaje corporal, las expresiones…y por supuesto los diálogos, con los más memorables siendo los monólogos internos. La manera en que su mente divaga es sensacional, como por un momento parece rasgo de su estupidez, pero muestra también lo separado que está en realidad de todo. Como sus monólogos internos se ven sustituidos por sus discursos para el micrófono del FBI, después por sus mentiras abiertas y finalmente, la voz interna que intenta salvar la mentira, por absurda que sea, hasta que ya no puede y hay silencio.
Es interesante también como las racionalizaciones de Mark ante su comportamiento no son tan diferentes de las que día a día nos inventamos, para justificar un comportamiento que no tiene en realidad una justificación real.
La ficha IMDB
Basada en una historia real: Mark Whitacre (Matt Damon) es el ejecutivo más joven en ADM, una empresa gigante que se dedica a la comercialización de derivados del maíz. Por presiones internas Mark inventa una historia de espionaje corporativo que atrae al FBI, y entonces Mark decide confesar que ADM y sus competidores están ilegalmente ajustando precios en el mercado. Durante años Mark ayuda al FBI a recaudar evidencia, pero pronto descubrimos que Mark es el mismo un criminal, y que en realidad el tipo esta chiflado.
La película hace un trabajo genial presentando a Mark, todos los rasgos de su personalidad están ahí desde el inicio, pero un excelente trailer y la presentación selectiva de información, hacen que lo leamos de manera incorrecta. Mark no es un imbécil que pone en peligro la investigación del FBI, al contrario, el tipo es realmente inteligente y se las arregla para que todo salga bien. Al mismo tiempo, es un mentiroso patológico, es un sujeto bipolar que no puede callarse y tiene una concepción completamente errada de sí mismo y la realidad.
La narrativa de la cinta es genial, revelando poco a poco al personaje, mostrándonos como las mentiras se construyen, aunque no sepamos aun que son mentiras, y llevándonos de la mano hacia el descubrimiento final, la revelación de los verdaderos motivos de Mark, y su personalidad.
La actuación de Matt Damon funciona a la perfección, con una personificación a todos niveles convincente, el lenguaje corporal, las expresiones…y por supuesto los diálogos, con los más memorables siendo los monólogos internos. La manera en que su mente divaga es sensacional, como por un momento parece rasgo de su estupidez, pero muestra también lo separado que está en realidad de todo. Como sus monólogos internos se ven sustituidos por sus discursos para el micrófono del FBI, después por sus mentiras abiertas y finalmente, la voz interna que intenta salvar la mentira, por absurda que sea, hasta que ya no puede y hay silencio.
Es interesante también como las racionalizaciones de Mark ante su comportamiento no son tan diferentes de las que día a día nos inventamos, para justificar un comportamiento que no tiene en realidad una justificación real.
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