El regreso triunfal de Disney a la animación “tradicional”. A pesar de secuencias muy bien animadas y un maloso que se ve re bien, The Princess and the Frog se quedo corta.
La ficha IMDB está aquí
Tiana (Anika Noni Rose) es una muchacha harto chambeadora cuyo único objetivo es cumplir el sueño de su padre: abrir un restaurante. El príncipe Naveen (Bruno Campos) es un irresponsable príncipe que viene a Nueva Orleans con ánimos de casarse bien. El Dr. Facilier (JA!) (David Keith) es un brujo vudú que para hacerse de dinero y poder transforma al príncipe en rana. Entonces Tiana le da un beso a la rana, pero como no es princesa, se convierte en rana también. Entonces, juntos emprenden un viaje para recuperar su forma humana. Entonces se enamoran y descubren lo que realmente importa en la vida: un amigo cocodrilo que convenza a la gente de que te de lo que quieres.
Francamente no esperaba nada de la historia. Pero si del guion. Disney ha logrado antes incrustar dentro de sus historias sosas y predecibles algunos momentos con mucha chispa y diversión. Aquí hay un par tal vez, pero no muchos más.
El otro departamento donde hay una cierta tradición es en los personajes. Como siempre, en The Princess and the Frog es el maloso quien pesa en la pantalla; pero tras un poco de reflexión, es sobre todo porque no había mucha competencia. Es tal vez de los más aguados malosos que pueda recordar. Aun así su número musical casi me convence, sobre todo al final con su rostro pintado que me recordó una claverita de azúcar. Y la puntada de su sombra con movimiento independiente está padre. Los otros personajes tradicionalmente interesantes son los diseñados para el comedic relief. En este caso el cocodrilo jazzero Louis (Michael-Leon Wooley). Meh.
Lo que me sorprendió es lo plano de la dirección. La animación es muy interesante en algunas escenas, en otras...siento que intentaron demasiado dar esa sensación de “vieja escuela”. Pero la dirección, y esto ya lo había comentado con alguien al comparar esta cinta con Paprika es plana y monótona. No hay exploración de tomas, no hay un ritmo narrativo que se sienta dinámico. Son siempre los mismos planos, siempre los mismos rebotes…creo que no hay una toma que no sea paralela a la horizontal (OK, OK, hay un par de tomas picadas desde el cielo).
Al final es predecible y por momentos aburrida. Insisto en que “para niños” no significa estúpida. Los personajes pueden tener más de una dimensión, y la historia se puede resolver con recursos diferentes a un deus-ex-machina; porque de no ser por el cocodrilo, Tiana no tendría su restaurante…y francamente no sé como hicieron para pagar lo demás.
Thursday, June 10, 2010
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