Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Thursday, July 11, 2013

Caché (Michael Haneke, 2005) - 9/10

 
La película se dedica, como lo sugiere su título, a delatar, a sacar a la luz, todo que está escondido detrás de las fachadas, de las vidas perfectas, de la gente segura de sí y de su buena conciencia. Eso a nivel individual, de familiar, de pareja y, sobre todo de sociedad. La memoria personal se sobrepone a la memoria histórica. O más bien, la memoria individual, de repente culpable, significa la culpa histórica colectiva.
Premio al mejor director en Cannes .
 
Ficha IMDb

La toma fija del exterior, desde la calle, hacia un grupo de casas , parece ser una introducción. Pero, al sostenerse durante largos minutos, instala un malestar. ¿Qué estamos viendo? ¿Qué es lo que hay que observar? Esta toma está demasiada abierta, pasa gente. ¿Qué estamos esperando? Al escuchar una voz off y ver que se rebobina la cinta, entendemos que estamos desde el principio viendo lo que ven ellos, los que estaban observando la cinta, sin decir nada.

Esta ambigüedad seguirá a todo lo largo de la película con una mezcla de filmación "real" de lo que viven los personajes, de la cintas que les mandan, de sueños, de emisiones de televisión que ven. Todos los tipos de imágenes serán introducidos de la misma forma, creando en el espectador el desequilibrio y la duda sobre la veracidad del documento visual.
 
Así como existe la duda sobre la veracidad de los recuerdos, la veracidad d e la interpretación de lo que vemos, sean escenas vividas o documentos informativos o documentales que se nos entregan o de los que vimos en nuestras existencias personales, o de lo que los demás nos dejan ver de su personalidad.

Haneke establece después la diferencia entre los niveles de las imágenes usando por ejemplo el avance rápido de las cintas video, el despertar del personaje después de su pesadilla pero nos deja siempre un momento en la duda del nivel de "realidad" (realidad diegetica , realidad dentro de la ficción inventada que es la vida de Georges y Anne personajes de una película inventada) y imágenes intradiegeticas, las que reciben los personajes (televisión, videos que les manden, imágenes mentales furtivas que se asoman de pronto a la consciencia de Georges).
 
Los dos perosnajes protagostas visibles, Georges Laurent (Daniel Auteuil) y su esposa Anne (Juliette Binoche) viven en una bonita casa, donde los libros ocupan un lugar preponderante: una completa pared de libros, todos bien alineados, sin espacio entre ellos, sin desorden, imagen perfecta y imperturbable del conocimiento. En medio de esta pared de libros, el televisor. La imagen animada tiene el mismo nivel de confiabilidad que miles de páginas de escritos, de reflexión.

Sin embargo , Georges es presentador de una emisión literaria, estas que entrevistan a los escritores para que divulguen sus motivos, los secretos que están detrás de sus libros. La emisión a la que asistimos está, pensamos, en directo. Pero después veremos que no, y que el productor escoge, selecciona, lo que se va a presentar, decide eliminar lo que él considera ·demasiado teórico" Así quita las ariscas de las discusiones, lo delicado, tal vez lo que traiciona a los escritores y su mundo personal. Así una imagen puede enseñar menos de lo que esconde. Eso se aplica también a los recuerdos, las imágenes conservadas disimulan las imágenes, más significativas, que el inconsciente ha opacado.

Anne es editora y, también, escoge quien será el próximo autor en ser divulgado en librerías, el que queda bien según la conjetura.

Su vida parece equilibrada, entre su grupo de amigos y su hijo Pierrot (Lester Makedonsky), de doce años.

Hasta el día en que les mandan esta cinta de observación de su casa. A partir de este momento se va a desencadenar un juego de pistas que llevará a Georges a regresar a su pasado, a sus recuerdos de niñez. Las cintas, que parecen saber de él más que él mismo, lo llevaran a la casa de su mama ( Annie Girardot) , al departamento de un extraño, Majid (Maurice Bénichou), que vive con su hijo (Walid Afkir) . Un extraño que conoce muy bien la vida de Georges, y que fue el amigo de la infancia , hijo de unos empleados de los padres de Georges, argelinos "perdidos" durante la gran manifestación de 17 octubre de 1961 organizada por el FNL (Frente Nacional de Liberación ) en París y su represión.

Cuando el niño se quedo huérfano, los padres de Georges pensaron adoptarlo ero Georges, entonces de seis años, celoso del amor de sus padres, lo provocó a actos violentos (degollar un gallo) y provocó que lo llevaran a un orfanato. La vida de Majid ha sido lo contrario de la de de Georges: escondida, humilde, hasta pobre, y ha educado a su hijo en unos principios de corrección extrema, lo que se denota en el francés que habla, demasiado perfecto.

¿Será Majid es personaje escondido, el que manda las videos? Será su hijo? El último plano, simétrico del principio, una vista abierta a la escuela de Pierrot, da a sospechar que, tal vez los dos hijos estaban de acuerdo en esta trampa que montaron. Pero esta toma lejana, impersonal, que no seleccione ningún elemento del amplio plano, no nos permite escuchar el contenido de la discusión. ¿Reconciliación de los hijos que reconstruye lo que Georges niño había destruido?

La película está llena de pistas sobre los significados, de símbolos , de guiños: la hija escondida de Mitterrand, Mazarine Pingeot, está escondida entre los invitados de una emisión de Georges, en alusión a las mentiras de los potentes sobre su vida personal, pero tal vez también a la guerra de Argel ya que su padre era entonces ministro.

Las cintas mandadas a la familia, las tarjetas mandadas a otros personajes, los dibujos sangrientos, van tejiendo una red en la cual Georges se ve poco a poco atrapado. No hay forma de escapar. La policía no quiere intervenir ya que nadie ha sido agredido; tampoco existen amenazas o chantaje. Ningún delito se ha perpetrado .La única solución para Georges será volver a su casa, cerrar las cortinas, tomar somníferos y meterse desnudo, solo, a su cama, en un intento de volver al origen , a la pureza de antes del mal A la seguridad de su mundo intimo y de su intima verdad .

La culpabilidad creciente que lo invade refleja la culpabilidad de los franceses ante los acontecimientos relacionados a Argel, la independencia, los inmigrados, los sucesos de 1961. Pero perdura al mismo tiempo una relación social de superioridad-inferioridad, como en la escena en que la policía va a casa de Magyd y los lleva, él y su hijo en la patrulla, Georges adelante junto al policía, ellos atrás de la reja como culpables. Magyd y su hijo siguen siendo los culpables de una sociedad bien pensante.

Las imágenes de la televisión, "reales" como las de noticieros sobre guerra en Irak, o de emisiones montadas, como la emisión cultural que Georges anima y produce, no tienen importancia. Se quedan afuera del espectador y no lo cuestionan. La violencia está afuera, expulsada de la vida, limpia, clara, de los protagonistas. En cambio, los videos le enseñan a Georges que su espacio , su casa, poner ser puesto bajo la lupa, que sus recuerdos pueden ser vistos por alguien más y que tiene la obligación de comentarlos con su esposa, que no tiene derecho de esconderle los sentimientos y actos que han sido importantes en su infancia, porque tienen consecuencias. Pero él quiere que todo vuelva a su lugar , a la interpretación que él siempre ha mantenido de su vida, aún si entra en contradicción con otra visión . Pero, ¿la visión de quien?

Los actores, prestigiosos que son Daniel Auteuil y Juliette Binoche, se ven reducidos a un juego de personajes "sin calidad" como el personaje de Robert Musil, mediocres, casi sin interés. Espectadores de su propia vida y sus propias contradicciones. La película es fría hasta en su momentos de más violencia como el suicidio de Madji, del cual invitó a Georges a ser espectador. La cámara escondida y fija aumenta el horror, paradójicamente, con su extrema distancia y falta de efectos de acercamiento. Es una especialidad de Haneke, mayor es la violencia, más fría la forma de filmarla, menos espectacular. Como en Funny Games (2007). Y por ende más terrorífico porque no es teatral.

Película inquietante porque es un thriller muy bien montado, pero también porque nos remite a la culpabilidad inherente a los recuerdos, y a la culpabilidad histórica de los pueblos. Pero también porque nos enseña que las imágenes en las que estamos inmersos no nos dan ninguna verdad, como las escenas de apertura y clausura de la película lo muestran: es un plan abierto, todo está ahí, a la vista , pero al mismo tiempo escondido en la profusión de los detalles. Neutralidad de una mirada de vigilancia, de las de las cámaras de "seguridad"

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