Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Sunday, June 24, 2012

The Art of Getting By (Gavin Wiesen, 2011) – 5/10


A veces resulta triste en las historias que se sienten honestas y humanas esa sospecha de que esto ya lo hemos visto antes. Resulta triste no porque sea poco original o una repetición. Resulta triste porque parece verídico y de cierta manera entonces quiere decir que no podemos esquivar estas trampas de la vida. Eso es lo bueno y lo malo de The Art of Getting By, que se siente real, siendo lo que es.

La ficha IMDB 

George (Freddie Highmore) es un adolescente introvertido que busca una manera de hacer frente a la futilidad de la vida. Si bien ha sobrevivido toda la preparatoria sin jamás hacer un esfuerzo, parece que la suerte se ha terminado y ahora debe cambiar de actitud si quiere graduarse. Así de pronto entabla una amistad con Sally (Emma Roberts), una guapísima jovencita igualmente adolescente, es decir intentando a su manera lidiar con sus demonios. Su relación se vuelve, por supuesto, complicada, pero está bien, porque George consigue crecer en el proceso.

El primer largometraje de Gavin Wiesen es bastante sólido para un primer esfuerzo y consigue presentarse como una genuina historia con personajes genuinamente honestos. Mucho de eso viene por el muy acertado casting de Freddie Highmore como el confundido George. Sería mucho decir que su actuación es de verdad impresionante, pero hay algo en el que parece genuino. Sin llegar a la caricatura en la que fácilmente cae alguien como Michael Cera por ejemplo, Freddie es un convincente muchacho frágil con muchas ideas pero poca experiencia.

Esa historia, del intelectual que conecta con la vida mundana gracias a una jovencita de hermosa sonrisa está lejos de ser novedosa; pero parece estar lo suficientemente arraigada en nuestras mentes como para que pase por cierta cada vez que la vemos. La cosa con la apatía y los discursos pseudo existenciales de George es precisamente que no están demasiado alejados de los mismos discursos que uno escucharía en la vida real. Un poco como en Youth in Revolt (Arteta, 2009) pero menos sorprendente, The Art of Getting By busca mostrar la otra perspectiva, la del muchacho confundido desde dentro y no desde fuera. El esfuerzo es válido y uno empatiza sin duda con el joven George.

Después están todos los lugares comunes, las presiones externas; la traición del “amigo”, la más importante “traición” de la muchachita, el momento de humildad y la consecuente victoria individual que trae buenas consecuencias para todos. Lugares comunes que parecen tener su origen en la realidad. 

Así, todo a todo, The Art of Getting By es una buena historia acerca de crecer y de la que parece ser única verdad: Nada importa y nada tiene sentido, así que en realidad, no tenemos nada que perder.

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