Una película de suspenso, entre político y ecologista. Con mucha sangre y pocas actuaciones. Adaptación de una serie televisiva. Lo que tal vez aguantaba el suspenso de episodios separados ya no funciona en una película.
El detective Craven (Mel Gibson) es un padre amoroso pero un poco distanciado de su hija Emma (Bojana Novakovic ) . Él trabaja en Boston y ella en una empresa un poco misteriosa de Connecticut, Northmoor.
Cuando ella viene a pasar un fin de semana con él, tiene muchos vómitos. Al momento de llevarla al hospital, la matan en la puerta al mismo tiempo que gritan el nombre de él. Así parece que el objetivo era el policía y no su hija.
El padre se pone en marcha para encontrar el culpable. Marcha que lo llevará al novio David ( Shawn Roberts ), al jefe de Northmoor, Jack Bennet ( Danny Huston ), en su magnífica oficina de vidrio. Y poco a poco cae en una historia de fabricación de armas ilegales, de complicidades políticas, y de eliminaciones por exposición a radioactividad.
Ayudado por un misterioso Jedburgh ( Ray Winstone ), un "consultor" asignado para prevenir que Craven descubra cualquier información relacionada con su hija , oficialmente del lado de los malos, pero decidido a revelar ciertas claves a Craven, para que descubra la verdad. Tal vez porque sabe que se está muriendo.
Total que todo está muy esperado: persecuciones, accidentes, muertes, novio, amiga asustadísima. O completamente gratuito. Sin contar los problemas de continuidad entre escenas: o como un horno de microondas cambia de lugar en la cocina…
Mel Gibson está totalmente inexpresivo y tieso. Y lo peor es que al director parece darle gusto quedarse largos momentos enfocando a esa cara y esos ojos vacios de expresión. Y de repente se vuelve de una agresividad inexplicada. Y termina masacrando a todos en la casa del director de la empresa malvada. Después de un dialogo genial de parte del guardaespaldas: "Siéntate, acuéstate, muérete" . Magnifico lirismo de matón.
Pero eso no era el final porque el hombre-limpieza de los malos, después de organizar en una junta al más alto nivel, con el senador del lugar, la verdad oficial para los medios, hace de verdad la limpieza en casa del senador, y mata a todos.
Pero eso no era el final de los finales: Craven en el hospital medio sale del coma para ver a su hija adulta (hay que decir que a lo largo de la película ella se le apareció como niña). Y salen caminando del hospital hasta una disolvencia blanca.
Moraleja: no tomen leche orgánica. El cartón podría estar infectado con talio.
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