Empieza como una broma absurda e irreal: un militar toma unas instalaciones y organiza el ataque a la Unión Soviética. La situación es absurda pero las condiciones son realistas. A tal punto que puede parecer una noticia del periódico o la televisión. El espectador pasa dos horas entre una risa enorme y un medio espantoso: ¿Qué tal si nuestros responsables políticos fueran así de enfermos? ¿De verdad no lo son?
Ficha IMDb
Tal vez a causa de 2001, A Space Odyssey (Kubrick – 1968), uno piensa en el principio que la cinta va a ser de ciencia-ficción. Pero maneja situaciones y medios tan realistas que lo extraño de los hechos se vuelve factible. Es un humor tan enorme, basado sobre las decisiones políticas y los conflictos de la cinta, es decir la Guerra Fría contemporáneos (1961, crisis de los misiles soviéticos, Bahía de Cochinos, anuncios para comprar su propio refugio atómico ….), que uno llega a temer que todo sea cierto. El espectador puede pensar que la locura política sea más fuerte que todas las barreras, protecciones, recursos diplomáticos, y cordura humana. Y que estos dirigentes que deciden de la vida de millones de anónimos seres humanos puedan dejarse llevar por su entusiasmo malvado.
Al mismo tiempo que los recursos cómicos de Kubrick son absurdos a fuerza de excesos, lleva al extremo el desarrollo lógico, el juego de las consecuencias.
Si el piloto es del Middle West, es normal que cabalgue sobre una ojiva nuclear, como si fuera un caballo de rodeo, con su sombrero de cowboy y gritando “Arrrua” Aunque sea en medio de la nada celestial, y dirigiendo a la explosión y el auto sacrificio.
Si las decisiones son de los jefes de estados, es normal que el lugar central sea la gran sala y el objeto más útil, el teléfono rojo. Es normal que se oigan discursos argumentativos, cada uno basado en su propia lógica, pero finalmente expresión de un individuo con sus gustos obsesiones.
Todo eso produce un cumulo de imágenes grotescas y escalofriantes que nos hace tocar a la locura de los poderosos, a la fragilidad del equilibrio pacifico. El pobre hombre normal de base tiembla: cualquier cosa puede pasar en cualquier momento.
Basada en la novela Red Alert de Peter George, la narración empieza cuando el General Jack Ripper (Sterling Hayden), o sea el “destripador”,da la orden a todos los bombarderos que salvaguardan la seguridad del país de dirigirse a Rusia para bombardearla. Pero si Rusia se ve atacada replicará con su Arma Definitiva, lo que desembocará en el fin de la humanidad. Hay que intervenir antes que la Unión Soviética se percaté de la amenaza.
El primer lugar de la acción es el puesto de comando donde oficia Jack el destripador, disparando a cualquiera que se le acerque. Totalmente paranoico, está convencido que su decisión es la única que puede salvar al pueblo americano frente a los planes comunistas de destruirlo, por ejemplo envenenando el agua potable. Él actúa en nombre del bien.
El segundo lugar de la acción es la gran sala de juntas, llamada la Sala de la Guerra, donde el presidente se reúne con los grandes mandataros y decidores, como el General Turidson (George C. Scott) y el científico eminente, el doctor Strangelove (Peter Sellers)
El tercer es la escena del combate: ya en espacio aéreo ruso, el único bombardero gringo que ha logrado pasar los radares, dirigido por el mayor Kong (como King) (Slim Pickens), que sigue volando feliz hacia su objetivo, con su radio destruida y por consecuente sin saber si la misión sigue en pie.
Las negociaciones empiezan desde la Sala de la Guerra, tratando de explicar al presidente ruso que está pasando y buscando un final feliz a este principio de tercera Guerra Mundial. Las opiniones se enfrentan, las ideas se contradicen.
Peter Sellers, quien ya había trabajado en la anterior película de Kubrick, Lolita(1962)es determinante en el desarrollo de la narración. Sus tres personajes representan en cierto modo a los únicos que en realidad quieren parar la catástrofe. En el primer lugar de la acción, es el Capitan Mandrake quien trata de convencer al general Ripper para que dé el código de seguridad para hacer regresar a los bombarderos. En la Sala de Guerra , es el presidente Merkin Muffey y su ayudante, el famoso Doctor Strangelove (extraño amor),ex nazi recibido en Estados Unidos por sus conocimientos,como lo fueron muchos alemanes que ocuparon puestos muy importantes en la ciencia , en el programa Paper Clip ,empezando por Von Braun, quien estuvo a cargo de los cohetes de la Nasa . Si el presidente parece normal, el Doctor esta poseído por el amor a la destrucción, es casi una máquina, y no puede dominar su propio cuerpo, que expresa en forma independiente su pasado nazi.
El humor de Kubrick se expresa sin inhibiciones: los nombres de los personajes son juegos de palabras, sexuales, escatológicos, llevando la vulgaridad a sus extremos. Los temas musicales están usados con una ironía malvada : Try a Little Tenderness (Prueba un poco de ternura) cuando un bombardero copula con su avión nodriza, la marcha sudista When Johnny Comes Marching Home (Cuando Johnny viene andando a casa) cuando el avión de Kong se dirige a su muerte, y sobre todo, la cabalgata final de este con We'll Meet Again (Volveremos a encontrarnos... no sé dónde ni cuándo, bajo el sol) en medio de las nubes radiactivas del holocausto nuclear que han desencadenado .
Y la sexualidad esta omnipresente, en detalles de comportamientos de los personajes, todos masculinos (la guerra es asunto de hombres), en sus nombres, pero sobre todo en las dos escenas clases, de los créditos de abertura, y la escena final, el triunfo de la guerra. La Guerra Fría era muy caliente.
El Washington Post denunció: "Ningún comunista podría pensar en una película antiamericana más efectiva que esta para difundirla por el extranjero".
Es difícil decidir si hay que reír o temer al verla. Pero Kubrick supo usar medios tan efectivos que la risa gana, a pesar de la voluntad y el miedo.
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