Aventuras de Jean-Paul Belmondo en el mundo de Tintin. Muy divertido y de ritmo sostenido al principio, llega a perder el aliento en la última parte, cuando el espectador ya entendió de que se trataba. Hay que reconocer que eso es culpa de Indiana Jones, quien lo imitó años después. Todo nos suena conocido, cuando en realidad Belmondo lo hizo primero.
Ficha IMDb
El joven soldado Adrien Dufurquet (Jean-Paul Belomdo) llega entusiasta a Paris, con la firme intención de pasar su semana de permiso con su linda novia Agnès Villermosa (Françoise Dorléac). Pero ese mismo día es robada del museo del hombre una estatua brasileña, de la antigua civilización “malteca”. También es secuestrado el profesor Catalan (Jean Servais), quien trabaja en el museo. Adrien llega al departamento de Agnès y sus tías cuando el inspector de policía (Daniel Ceccaldi) empieza su investigación. La joven le explica que la estatua forma parte de un conjunto descubierto por tres exploradores:su padre, muerto en circunstancias extrañas, el profesor Catalan , quien le profesa un afecto más que paterno, y André de Castro, riquísimo hombre de negocios brasileño. Cada uno se quedó con una pieza del conjunto. En esos tiempos, los arqueólogos tenían muchos derechos sobre sus descubrimientos. Agnès recuerda vagamente donde su padre enterró su estatua, en el jardín de su casa en Rio.
Cuando Agnès es a su vez secuestrada, por dos hombres con gabardinas negras, Adrien no duda en perseguirlos. Primero en una moto hasta el aeropuerto de Orly, después en avión hasta Rio. En esos tiempos, no se conocían los terroristas y los controles de seguridad eran reducidos al mínimo. A bordo del avión, Adrien trata de hacer contacto con Agnès, quien, visiblemente bajo hipnosis, no lo reconoce.
En Rio sigue la persecución. Adrien es ayudado por un niño limpiabotas llamado Sir Winston (Ubiracy De Oliveira). Después de vueltas y trucos, recuperan a Agnès a quien un baño en el océano hace recuperar su autonomía de decisión. Encuentran la estatua en el jardín: de camino a Brasilia, en un coche rosa con flores verdes) donde vive De Castro, se topan con un coche donde viaja secuestrado el profesor Catalan, lo salvan y acaban en casa de De Castro (Adolfo Celi). Dinero. Fiesta. Música. Catalan pide ver la estatua de De Castro…..
Pero catalan no era quién se creia que era. La estatua , con sus dos compañeras, tiene poderes…..
La persecución sigue, ahora en la selva amazónica……
Adrien estará a tiempo lunes para tomar su tren de vuelta a su cuartel.
Muchas aventuras, muchos modos de locomoción para Adrien, desde la moto, el avión, en todos sus tamaños y versiones, la bicicleta, el barco, las lianas en la selva. Y eso que Belomdo hacia el mismo todas las escenas peligrosas, sin ser doblado. Con encuentros de gente buena, el niño con quien Françoise Dorleac baila una samba endiablada , el francés que lo lleva a la taberna de Lola ( Simone Renant) y de gente mala como los hombres de gabardina, que no hablan nunca pero pegan fuerte, o el engañoso Catalan.
La cinta tiene un final esperado, porque ya vimos a Harrison Ford y a Nicolas Cage, y sabemos que los tesoros de antiguas civilizaciones, después de prometer tesoros que serán revelados por un haz de luz que cae sobre estatuas sabiamente depuestas, siempre esconden mecanismos tramposos que matan al envidioso explorador de negrísima consciencia, o desencadenan una catástrofe natural, sea inundación o terremoto, o volcán, o peor. La caverna del tesoro tiembla sobre sus bases, las rocas ruedan, los arboles caen…. Se está construyendo la carretera transamazónica !
Si bien Adrien no se parece físicamente al periodista de Hergé, porque no tiene perro ni copete, y sobre todo está enamorado, lo que nunca de los nuncas le pasa a Tintin, si no tiene amigo fiel y se las arregla solo, los guionistas reconocen que se han inspirado en las aventuras inventadas por el dibujante belga : Las siete bolas de cristal, El secreto del Unicornio han dado las ideas de las estatuas reveladores de tesoro, del hipnotismo, la amistad con un niño del lugar, las capacidades extraordinarias del héroe, los viajes a tierras lejanas, las culturas precolombinas, el ritmo de las aventuras….. Hasta algunos detalles como las dificultades para cerrar el techo del coche convertible bajo la lluvia, el vuelo en un pequeño hidroavión, la caída en paracaídas en plena selva….
Pero Hitchcock también dio algunas ideas: la espera en medio de un campo desolado recuerda a North by Norwest (1959) y el principio mismo de la narración, la búsqueda frenética de un objeto que finalmente no servirá para nada sigue la regla del MacGuffin.
Belmondo empieza con esta cinta su carrera en el cine comercial, creando su personaje de aventurero seductor, no muy intelectual pero muy divertido. Incluso después se especializará en temas más policiacos o personajes de gánsteres. Se le ve ahí en una relación divertida con su Agnès, niña rica acostumbrada a dar órdenes todo el tiempo. Los diálogos son agiles, a veces muy graciosos. Las intervenciones de personajes secundarios son excelentes, en particular el niño brasileño, con su ingenio callejero, su alegría, y su casa en el cielo, equipada como un mobilhome con mesa, sillas, cama plegable, aire acondicionado manual…
Lo que se le puede reprochar a la cinta es no haber usado de los magnificas locaciones. Brasilia se estaba construyendo. Ya estaban erigidos unos edificios representativos, como el Congreso Nacional, la catedral, el palacio de Planalto con sus elegantes columnas
La arquitectura de Niemeyer, magnifica, innovadora, impresionante, está perdida en medio de terrenos vacíos. Nadie está viviendo ahí. Ni siquiera hay trabajadores sobre las obras. Es la modernidad abandonada. Es surrealista, absurdo, incomodo. Todo esto, bien fotografiado podía crear un ambiente muy particular. Pero parece que personajes y cámara no ven nada, es solamente el lugar por el cual pasar en su búsqueda de algo más valioso.
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