Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Tuesday, October 25, 2011

Simón del desierto (Luis Buñuel, 1965) – 7/10



Filmada en México con fotografía de Gabriel Figueroa, una película muy corta (45 minutos) que ataca claramente al dogmatismo religioso pero acaba en una larga metáfora moralista.

Ficha IMDb

Partiendo de una premisa que se acepta en los cuentos y en los textos religiosos, que nada de lo que cuenta la historia tiene que ser realista, la cinta obliga al espectador a aceptar que Simon está parado sobre su columna, tal Simeón el Estilita ( santo asceta cristiano que nació en Cilicia a finales del siglo IV ), desde seis años, seis semanas y seis días. La película se ubica así desde el principio en el mundo de la fe, fe del niño que se cree el cuento, fe del creyente, seguidor de una religión, la que sea, y no cuestiona el dogma o los textos.

De ahí se construye un mundo, coherente si uno decide aceptarlo, con sus imágenes, situaciones, personajes y referencias prefabricadas: los monjes, el inocente siempre alegre, la madre (Hortensia Santoveña) sufriendo en silencio al pie de la columna, el traidor, y las tres tentativas del diablo de apartar a Simón de su camino de ascesis. Silvia Pinal encarna a las tentaciones: primero mujer-niña provocativa, después falso Cristo pastor de ovejas. Finalmente mujer moderna.

Fiel a ciertas posiciones irreverentes, Buñuel nos muestra un “santo” muy tonto que se deja abusar y otorga un milagro a una pareja mentirosa y codiciosa. Su anticlericalismo se manifiesta en el grupo de los monjes, repitiendo formulas y posturas y, como en muchas de sus películas, está presente un personaje deforme: el enano pastor de ovejas (feo pero bondadoso paralelo del falso Cristo pastor de peluca rubia con rizos (tipo siglo XVIII! )

Una película prácticamente sin música, salvo los impresionantes tambores de Calanda que ritman las entradas del diablo, y donde la fotografía de Figueroa, dura en sus contrastes, acentúa la pequeñez de Simon y su alejamiento de las humanas consideraciones, con sus tomas desde lo alto de la columna, vertiginosas.

Pero la ultima tentación, situada claramente en la época contemporánea de la realización de la cinta (con todo y viaje en avión), contrasta con el resto, atemporal. Primero se mezclaba el mundo antiguo, hebreo (ciertos trajes), mexicano rural, la modernidad (la pareja codiciosa va a poder cambia su sala). Ahora el infierno es una discoteca de los años 60 con música estridente, bailes de jóvenes totalmente “poseídos”. La escena dura y se prolonga, basada solamente sobre la cámara que se mueve, se introduce entre los bailarines, los ve de muy cerca, se acerca a sus cuerpos retorciéndose y sus caras vacías. Y, como lo explica el diablo a Simón, esto va a durar para siempre. Lección moralista simplista de parte de Buñuel: ¿el retiro del mundo y la ascesis son el camino a seguir? ¿Los jóvenes son poseídos por el mal? ¿La música y el baile modernos son satánicos?

¡Habitualmente Buñuel es más sutil que eso!

Los rompecorazones ( Pascal Chaumeil , 2010) – 5.5/10



L’Arnacoeur (o sea él que estafa al corazón) es una comedia ligera y muy divertida, que no pasará a la posteridad, pero que tiene un eficiente elenco y una trama bien construida.

Ficha IMDb

La estructura narrativa retoma las dos partes de las películas de James Bond : primero un episodio corto que presenta al protagonista y el modus operandi del equipo. Termina por un éxito, lo que introduce los créditos. Después vendrá la historia principal, como repetición amplificada del episodio y con variaciones sobre cada uno de los temas.

La entrada triunfal del trió en el aeropuerto, tipo caminata introductoria de los integrantes de Law and order, se repetirá en tono menor al final, o casi, del episodio principal. Indicio de la composición bien estructurada y pensada de la cinta. Y es cierto que tiene ritmo, es bien orquestada, como lo es el perfecto trabajo de equipo de Alex (Romain Duris), su hermana Mélanie ( Julie Ferrier) y el esposo de esta, Marc ( François Damiens) .

Su misión : separar las parejas discordantes, o sea, alejar a las mujeres de esposos o novios que no les convienen, según opinión de amigos o familiares, quienes pagan al equipo para ponerlas en una situación donde entenderán que, ahí afuera, hay hombres mejores que él que han escogido.

Su método: la seducción. Sus medios: los de un equipo tipo Misión imposible, cuando era serie de televisión: montar un teatro completo, con lugares, disfraces, encuentros providenciales, que llevan a la presa a la trampa perfecta.

El esquema de acción, siempre el mismo se revela en un intermedio muy ágil: estar en el camino de la víctima, establecer contacto visual, pronunciar determinadas frases, tipo fórmula mágica de seducción (que siempre funciona: todas se lo creen, tal vez porque en el fondo quieren salir de su relación) , fingir tristeza por un amor perdido, llorar, etc, según la secuencia preparada, hasta el beso final. Muy divertido el montaje de esta parte, con diferentes perfiles y apariencias de mujeres. Mostrando que Alex es absolutamente irresistible y eficiente, en todos los papeles, siempre apoyado por su excelente equipo técnico. Siempre gana.

Aceptemos que Duris corresponde al tipo de belleza masculina que impera actualmente: cabello un poco largo y con gel, rasurada más que aproximativa, traje algo desordenado. Y admitimos la premisa de la película: ninguna mujer puede resistir a sus encantos. ¿Pero Vanessa Paradis como objeto de deseo? Flaca como pre-adolescente, hablando con voz y tono de niña, encarna a un personaje totalmente hueco. La visten muy mal y lleva todo el tiempo un gran bolso rojo que, aunque sea Hermes, no hace juego con ninguno de sus vestidos.

Y surgen deudas sobre algunas incoherencias del guion. Si los “rompecorazones” son tan eficientes, ¿porque están en la quiebra? ¿Porque diablos el padre de Juliette (Jacques Frantz) quiere separar a su hija de este magnifico prometido: guapo, elegante, exitoso, rico, e inglés, Jonathan Alcott (Andrew Lincoln) ? Y como puede, al final, aceptar como futuro yerno a este engañador profesional? Que además le debía dinero (Ya no recuerdo porque, es parte de los absurdos de la película). Por cierto, estas famosas deudas de Alex solamente sirven para explicar la presencia del gigante turco devorador de avellanas Gorán (Jean-Marie Paris) y sus intervenciones al modo del gigantón invencible en los James Bond (otra vez) .

¿Cómo, en un hotel tan sofisticado y por consecuente vigilado , puede el equipo entrar, Marc hacer sus instalaciones de cámaras, micros, Mélanie trabajar de mucama, mesera, limpiadora, barwoman…?

Extraña escena de boda, al estilo estadounidense, en un jardín pero sin música. Y con un oficiante que no es ni sacerdote, ni alcalde. Y final romántico totalmente esperado: la novia escapa de su boda y cae en los brazos del estafador enamorado….

Lo que queda es Mónaco, ciudad de colores suaves, muy limpia y cuidada, sus coches de lujo, sus preciosas calles, sus parques. Por cierto, todo esto conforma un escenario muy “James Bond”.

Pero sobe todo un equipo de actores que parecen disfrutar mucho lo que están haciendo. Hablo del trió de engañadores (no de Juliette, bastante aburrida). Muy convincentes, cómicos sin exagerar, con diálogos y reacciones bastantes naturales.

Finalmente, un buen momento, sin ser memorable...

El tambor de hojalata (Volker Schlöndorff , 1979) - 8.5/10

A pesar de sus dos horas cuarenta minutos en la versión “del director”, es decir con todo lo que se había quitado para su versión comercial de 1979, la película, deja de lado muchos aspectos y personajes de la grandiosa novela de Günther Grass (Premio Nobel de literatura 1999). Es sin embargo una gran y extraña historia , la de un niño que se negó a crecer, al mismo tiempo que su tambor le sirve de voz y protección contra el mundo, mientras el nacionalsocialismo nace, crece, se desarrolla y muere. Con un actor protagónico fascinante y terrorífico. Palme d'or del Festival de Cannes (France) en 1979 ex-aequo con Apocalypse Now de Francis Ford Coppola.

Ficha IMDb

Ayudado en su tarea de adaptador por Jean Claude Carrière, y con algunas intervenciones del propio Gunther Grass, Schlondorff, gran adaptador de novelas (Marguerite Yourcenar, Heinrich Böll, Proust…) hizo un trabajo de selección en el enorme material que representa una novela de casi 700 páginas, escrita en 1959. Y es solamente la primera parte de la Trilogia de Dantzig, memorias que el personaje principal, Oscar Matzerath, escribe, entre 1952 y 1954 desde el asilo mental donde se le internó.

Todo el interés de la película reside en la posición subjetiva que es la misma de la novela. Primero, la voz: toda la cinta está acompañada por la voz en off de Oskar, una voz extraña casi metálica, una voz que no parece ser de niño y que sitúa al personaje como fuera de las edades. No tiene edad, y, de esta forma no se sabe si quien habla es el adulto (él que escribe sus memorias), si es el niño permanente. O si es un Oskar fuera del tiempo.

Segundo, vemos lo que él ve.Con muchos planos muy cercanos, y con pocos movimientos de cámara. Vemos sus reacciones a cada uno de los episodios de su vida. Por ejemplo, el primer episodio que es la historia de la abuela, el lo cuenta como se lo han contado ya que forma parte del folklor familiar. Pero tal vez su nacimiento sea la escena más típica de la subjetividad. Vemos primero el feto, y, de ahí, nos ponemos en su lugar y recorrimos todo el trayecto de salida, en un túnel rojo, viendo, al final, la luz. Y al salir, lo primero que se ve es la lámpara de techo. Escuchamos las primeras impresiones de Oskar al llegar al mundo: preferiría volver.

Después la cámara insiste, en cada episodio, sobre lo que a él le choca. Por ejemplo, el día de su tercer cumpleaños, ya armado de su tambor, ve a su madre, Agnes (Angela Winkler) tocando el piano y recibiendo, en frente de todos, las caricias de Jan Bronski ( Daniel Olbrychski). Y después durante la sesión de juego de cartas, como él está debajo de la mesa, descubre los juegos sexuales escondidos. El desprecio que siente por estas actitudes lo lleva a la gran decisión de su vida: nunca crecer.

En realidad hay veces en que vemos escenas a las que él no ha podido asistir, por ejemplo, el encuentro de la madre, Agnes, con su amante el primo Jan, y tal vez padre de Oskar. Pero el niño ha captado el significado de las frases del vendedor de juguetes Sigismund Markus (Charles Aznavour) y se puede pensar que, más que ver, él esta imaginando lo que pasa en el cuarto.

Una escena horrible, vomitiva, es la del pescador sacando las anguilas de la cabeza de caballo muerto. Largas, enormes. De por sí, las anguilas no son animales muy bonitos; saliendo sin cesar de la cabeza y retorciéndose, se ven aun más asquerosas, pero además el comentario del pescador es repulsivo: están tan grandes y gordas porque ha habido batallas navales. Y se han alimentado de los cuerpos de los ahogados. No sorprende que la madre de Oskar vaya a vomitar. Pero ahí Schlondorff resalta el trazo del horror por él del cinismo: ¡el amante aprovecha la position de la mujer vomitando para acariciarle el posterior! Repulsión sobre repulsión.

Es interesante como algunas escenas son con más insistencia. Son las que lo van a marcar para siempre. Las sesiones con la joven María, su niñera (Katharina Thalbach): la playa, el polvo efervescente, la cabina en la playa, con su traje de baño de lana que le provoca comezón.

Schlöndorf dice que cada obra cinematográfica tiene que conformar un todo. Debe tener su existencia propia, su independencia en relación a la novela de la cual ha sido adaptada. Las novelas le atraen para hacer su adaptación cuando en un momento, él recibe un impacto al leer una escena, cuando siente que el libro libera una energía . A partir de ese momento, quiere encontrar los medios para que el espectador reciba el mismo impacto, la misma energía, que él recibió durante la lectura. En el caso de El tambor, esto le pasó con esta escena del niño y la joven en la cabina de playa, y el picado por el traje de lana.

La película corresponde a una sola etapa de la vida de Oskar. Es una etapa larga porque va de sus 3 años a, más o menos, los 20. Y es solamente una parte de la novela. Pero corresponde al tiempo en que Oscar se mantuvo pequeño. La película termina cuando él empieza a crecer. Lo que coincide con la muerte de su padre y con la caída del nazismo, y la obligación para la familia, o lo que queda de ella, de desplazarse al oeste. Su célula familiar de origen esta destruida: los dos padres muertos, el oficial Alfred, (Mario Adorf) la madre muerta. Él se va con la nueva familia, la de la nueva generación: su madrastra-amante Maria, que tiene su edad, y su hermano-hijo Kurt (oficialmente hijo de Maria con el padre de Oskar). Se queda la abuela. Pero ella encarna la eternidad.

La imagen final de la película es el cierre; retoma la imagen del principio: la abuela, sentada en el campo de papas, en medio de sus cuatro faldas, comiendo. Pero, esta vez, ve pasar el tren que se lleva a los jóvenes. Símbolo de la permanencia. En particular de este pueblo Kashube al que pertenece la familia, un grupo étnico y lingüístico de eslavos del oeste. Que vivía ahí antes de alemanes y aún antes de los polacos (como Jan), o de los suecos, o de los rusos . Más generalmente, de la identidad de las raíces, que son totalmente independientes de las decisiones políticas. Permanentes a pesar de los dirigentes, de este Hitler que nunca vemos. Porque solamente vemos su mano, en toma subjetiva, dominando la población de Dantzig que lo recibe. Nosotros estamos en la situación de Hitler triunfante entrando a Dantzig, como el Cesar volviendo a Roma. Pero a pesar de esta supremacía que piensan tener los políticos, a pesar de todos los movimientos de pueblos que pueden ordenar,de todas formas la vida , la fuerza primitiva de los pueblos y de su tierra borrará todo lo que los hombres han decidido.

Cabe recalcar la importancia del joven actor (David Bennent), que interpreta a Oskar. Es un niño de 11 años, que no era actor,es de hecho el hijo de los de los actores de El honor perdido de Khatarina Blum ( 1974 ) , Y este niño de 11 años, según Schlöndorff, tenía entonces el desarrollo físico y mental de un niño de 6. Y interpreta escenas de adulto (o al menos de joven de 17 a 20 anos, lo que lo pone en situaciones bastante delicadas: la escena de sexo con Maria por ejemplo. Pero tiene esos ojos, fríos, fijos, duros. Nunca habla. Sus discursos se limitan a un “Oskar will nicht!” Pero tiene una tensión y una rigidez terribles. Da miedo. Es muy extraño, al límite de la locura, o del crimen. Del odio en todo caso.

La potencia que descubre Oskar con su voz capaz de romper cualquier vidrio es tal vez la metáfora de que la voz de cualquier oponente o la desincronización provocada por el que no está de acuerdo con la “música” oficial, puede alterar el sistema de pensamiento, sea el político, o el moral (inmoral en el caso de esta pequeña sociedad.

Como en la escena, memorable e hilarante de la ceremonia de recepción al oficial alemán , donde Oskarcito con su tamborcito, viene a perturbar el ritmo de la orquesta de las Juventudes Hitlerianas. Desestabiliza completamente el ritmo de los músicos y la marcha militar acaba en vals vienés. Y todos bailan.

Manon (Henri-Georges Clouzot, 1949 ) - 6/10


Al pasar la historia del Abbé Prévost al siglo XX, Clouzot tomaba el riesgo de quitarle varias de sus características o de volverla totalmente inverosímil en el nuevo contexto. Y así pasa. ¿Cómo creer a este amor total nacido de un beso? Lo que la novela del siglo XVIII toleraba ya no conviene a una obra que se pretende realista, verista y hasta sórdida.

Romántica ficha IMDb

Cecile Aubry esta perfecta en este papel donde su cara de niña bien educada de chapas inocentes provoca al espectador una reacción de protección y casi compasión. Al mismo tiempo que tiene ganas de abofetearla por su mal comportamiento y sus ligereza.

Pero Desgrieux (Michel Auclair) es de pronto muy seguro de si, hasta agresivo en ciertas situaciones, posesivo y penetrado de moralidad. Cuando él de la novela es casi tan inmaduro como Manon. El actual es un ex - FFI, ha pasado por combates, operaciones clandestinas, ha visto de todo durante la guerra y tiene convicciones solidas. Es hasta malvado, cruel al punto de escupirle a la cara a Manon, de abofetearla, cuando la encuentra con otro hombre.

Él mismo mata al hermano de Manon, Léon (Serge Reggiani) (¿por qué motivo, en realidad?) cuando Prévost nada más le hacía matar a un guardia (una vida sin importancia según la escala de valores de la época) y eso porque no le habían obedecido al traerle una pistola cargada, para escapar del internado- reformatorio para jóvenes nobles. Ahora mata voluntariamente y con sania , jalando con todas sus fuerzas y sin ninguna duda sobre la cuerda que la cámara nos ha enseñando con toda intención antes, dándonos a entender la reflexión y la preparación mental del joven.

Queda que la pintura de los medios turbios después de la segunda guerra mundial es interesante: todas las suciedades humanas suben a la superficie, se organizan tráficos de toda índole, cigarros, ropa, personas, penicilina como en el Tercer Hombre.

Clouzot parece buscar un equivalente moderno a todas las bajezas e depravaciones del Siglo de las Luces y de la Regencia después de la muerte de Louis XIV. Pero el concepto de inmoralidad ya no es el mismo, en todo caso en el aspecto sentimental y sexual. La fiebre por el dinero, necesidad de Manon, no tanto en sí, sino para tener la vida agradable que añora, tal vez para escapar de una niñez pobre, ni siquiera es la misma ya que la Manon de Clouzot va a la casa de citas, pero no por el dinero, eso lo dice la dueña. Lo hace por gusto, como lo hará después la heroína de Belle de Jour (Buñuel – 1967, y futuro artículo).

Entonces no queda exactamente claro que es lo que empuja a la Manon del siglo XX. Al principio, sencilla, alegre, deseosa de libertad, se parece a la Brigitte Bardot de sus primeras películas, pequeño animal espontaneo, que no piensa, que casi no siente, al menos no con su cabeza, mujer-niña. Pero, con esta escena absurda del primer beso seguido del descubrimiento: “Ya estoy enamorada y es para siempre”, cae en una dimensión absurda, donde todo puede pasar, pero nada es creíble.

Pero hay que reconocer que la última secuencia, en el desierto, es muy hermosa, con una fotografía maravillosa. Y la escena de la muerte, gran momento de la literatura pre-romántica, llega a una culminación de belleza en su estilo depurado: un lugar vacio, las piedras que se vuelven arena, las siluetas diminutas y pérdidas sobre fondo de cielo arrasador. Y la actuación de Cecile Aubry y Michel Auclair es muy convincente. El entierro después de tratar de llevar el cuerpo de vuelta al oasis. Y un final abierto. Volverá Desgrieux como en la novela, curado de su locura amorosa? O se morirá sobre su amada?

Pero este final en el desierto sale completamente de la estética de cine noir de Clouzot, para volverse una celebración del amor total. Y resalta la contradicción entre el estilo Clouzot, sin compasión hacia las debilidades humanas, misántropo, provocador, amargo, como en Le corbeau (1943), siniestra historia de chantajista, metáfora de las delaciones durante la segunda guerra mundial, eficiente en el suspenso, como en Les Diaboliques (1954) y la historia escogida, un amor romántico y fatal. El resultado es una película artificial y coja.

Sunday, October 23, 2011

Groundhog Day (Harold Ramis, 1993) – 8/10

Una excelente comedia con muy buenas actuaciones, pero sobre todo una premisa bien interesante y relevante. Groundhog Day es una comedia existencialista que si bien puede tomarse solo superficialmente y ser divertida, termina siendo una metáfora inteligente y bien lograda.

La ficha IMDB


Phil (Bill Murray) es un pretencioso reportero encargado del clima en un canal de televisión regional. Junto con su productora Rita (Andie MacDowell) y camarógrafo Larry (Chris Elliott) Phil debe viajar al pueblito de Punxsutawney para ver a la legendaria marmota Phil predecir cuánto tiempo más le queda al invierno. Para su desmedida sorpresa, Phil se ve atrapado en el mismo día, viviéndolo una y otra vez.

Groundhog Day es una cinta existencialista que al ser comedia no tiene la brutal honestidad de Synecdoche, New York (Kaufman, 2008); tampoco tiene el peso emocional de The Truman Show (Weir, 1998) ni es tan estilizada como Stranger than Fiction (Forster, 2006). Pero definitivamente es una gran cinta que en su aproximación un poco inocente termina teniendo quizá más corazón que esas tres (también increíbles) cintas.

Bill Murray hace un gran trabajo como el engreído reportero completamente centrado en sí mismo, que debe aprender a ver más allá de su beneficio inmediato para salir de la mecánica repetición de la vida. Es sorprendente el talento que tiene Murray para elegir películas inteligentes en las cuales participar. A pesar de alguna que otra lamentable (como Caddyshack [1980] del mismo Ramis, y también con una marmota), la mayoría de las cintas de Murray terminan siendo obras inteligentes y humanas.

Groundhog Day no tiene una increíble producción, pero no la necesita. Lo sencilla que es permite que tome relevancia el lado humano de la historia y las interacciones entre los personajes, que al final son lo importante.

Podría verse la historia de Phil, y su conclusión, como una historia moralizante acerca de lo importante que es ser “bueno”. Finalmente Phil logra salir del ciclo una vez que es bueno con la gente. Pero eso sería una visión simplista y, en realidad, falsa. Después de todo, Phil pasa varios días de la marmota siendo bueno y ayudando a los habitantes de Punxsutawney (seis meses de acuerdo a uno de los diálogos) sin por ello dejar de despertar cada mañana para revivirlo todo.

Phil rompe el ciclo cuando logra valorar cada día en sí mismo, haciendo lo más posible en el, sin importar que a la mañana siguiente no habrá ninguna consecuencia de ello y nadie recordara nada de lo que ha hecho. No solo eso, sino que Phil sale de sí mismo por completo y logra compartirlo con alguien, dando a Rita una noche inolvidable, ya no centrada en lo que él cree necesitar, sino simplemente en hacer que ella se la pase bien.

Ese es el punto de la historia, y como debe ser la explicación está dada en la cinta misma, cuando Phil explica a un par de locales la tragedia de su situación, viviendo el mismo día una y otra vez, sin que nada cambie, sin que anda de lo que hace tenga consecuencia alguna; y uno de los borrachines responde lleno de sentimiento: “básicamente esa es mi vida”.

Básicamente esa es la vida de muchos de nosotros. Y lo seguirá siendo hasta que podamos aceptar que nada importa, que como individuos no importamos y que por lo tanto, habría que hacer de cada día algo interesante en sí mismo, y compartirlo con alguien interesante. Solo así los días dejaran de ser pobres copias unos de otros, sin ninguna consecuencia.

Quizá lo único malo es que, como es de esperarse, se salta mucho del difícil proceso de la cotidianeidad; pero bueno, eso es una limitante de toda forma de ficción. Solo la realidad ofrece la oportunidad de experimentar como es de disfrutable y difícil el proceso de crecimiento.

Code Hunters (Ben Hibon, 2006) – 7/10

Si Aeon Flux, The Matrix y Jamie Hewlett tuviesen un hijo en forma de corto animado, seria Code Hunters. Y estaría bien padre. E influenciaría a muchos juegos de video. Y a pesar de lo poco clara de la trama, todos lo disfrutaríamos.

La ficha IMDB es medio raquítica, así que aquí está el sitio web de los creadores Stateless Films.

Un grupo de guerreros se unen para combatir una amenaza poco clara. Y ya. Pero se ve re bien.

El estudio Stateless Films ha trabajado en varios proyectos comerciales y cinematográficos, notablemente la secuencia animada en Harry Potter and the Deathly Hallows (Yates, 2010). Si bien el estilo grafico podría parecer un poco repetitivo a través de sus diferentes creaciones, es indudable que el resultado final es bien interesante.

Code Hunters es un verdadero deleite visual que no tiene ninguna otra pretensión que mostrar una secuencia bien padre. La trama no es clara, y la verdad es que la secuencia de presentación de los personajes sigue un canon conocido, pero no por ello menos interesante. La construcción de la tensión funciona bien y los momentos de acción son tan buenos que lo único lamentable es lo poco que duran.

Quizá lo ideal sería no decir más nada, sino compartir el material original (viva el Internet): Code Hunters.

Horrible Bosses (Seth Gordon, 2011) – 5/10

Muchas veces sucede que el maloso de la cinta resulta el personaje más interesante. Es el caso con Horrible Bosses sin duda. Los tres amigos en los roles principales son cotorrones, pero nada más. El star power que conforma la villanía es sin duda lo más interesante: Jennifer Aniston, Kevin Spacey y Colin Farrell se llevan la película, a pesar del poco tiempo en cámara.


La ficha IMDB

Nick (Jason Bateman), Kurt (Jason Sudeikis) y Dale (Charlie Day) han llegado a la frecuente conclusión que su vida sería mucho mejor si sus respectivos patrones desaparecieran. En un despliegue de astucia, consultan a un ex convicto (Jamie Foxx) quien les recomienda que, a la Alfred Hitchcock, cada uno mate al jefe de otro. Por supuesto todo se sale de control, pero al final el desquiciado jefe de Nick, Dave Harken (Kevin Spacey), el drogadicto jefe de Kurt, Bobby (Colin Farrell) y la acosadora jefa de Dale, Julia (Jennifer Aniston) estarán fuera del panorama.

Jason Bateman es, como muchos cómicos gringos de esta generación, un tipo que parece ser de verdad buena onda. Jason Sudeikis y Charlie Day cumplen con su cometido en la cinta, aunque Charlie Day por momentos es más que irritante. Nada contra ellos, son buenos representantes de esta generación de tipos graciosos, pero francamente palidecen ante el excelente trabajo de Spacey, Farrell y Aniston (si, inclusive Aniston). Es una lástima el poco tiempo que se les ve en la pantalla, particularmente Farrell y Aniston.

Los tres malosos son personajes llevados completamente al extremo en sus respectivas locuras, pero de alguna manera los tres actores logran hacer que se sientan verídicos al mismo tiempo que increíblemente graciosos. Quizá solamente el personaje de Spacey se siente de pronto como demasiado, pero eso tiene más que ver con el guion que necesita una salida rápida y relativamente fácil al conflicto. Si bien uno lamenta el poco tiempo que Farrell y Aniston están en pantalla, quizá esto sea parte de lo que ayuda a hacer a los personajes tan interesantes: no hay tiempo de que el nivel de demencia de los personajes se vuelva molesto.

Fuera del increíble trabajo de ellos tres, no hay mucho que decir, salvo quizá hacerse un par de preguntas acerca del alto contenido de lenguaje soez en la cinta. Sin querer sonar como un abuelo frustrado y amargado por la inevitabilidad de la muerte en un mundo que lo ha dejado atrás, hay que preguntarse si de verdad tanto fuck era necesario.

License to Wed (Ken Kwapis, 2007) – 3.5/10

Otra insípida comedia romántica con personajes y eventos completamente predecibles, al grado que con toda honestidad me pregunte si no la había visto ya (no estoy seguro aun). Todo merito de esta cinta viene de la parte de Robin Williams que, aunque duela admitirlo, puede ser bien bien gracioso.

La ficha IMDB

Sadie (Mandie Moore) y Ben (John Krasinski) se conocen, enamoran y quieren harto. Evidentemente deciden casarse. El sueño de Sadie es que la boda sea en la misma iglesia donde toda su familia se ha casado, pero para que suceda, la boda tiene que ser en solo 3 semanas y la pareja debe pasar un curso diseñado por el poco convencional reverendo Frank (Robin Williams). Este curso pondrá a prueba la relación de la joven pareja y les enseñará (y a usted, querido espectador) una valiosa lección acerca del amor.

Todo lo que uno esperaría que sucediese con una trama como esta sucede. Confusión, tristeza, bromas sosas, conflictos familiares, desencuentros, dudas y un final feliz que estaba planeado desde el inicio. Es cierto que hay una que otra broma cotorrona, pero la mayoría son bastante planas y a lo más merecen una sonrisita condescendiente.

Mención especial merecen las actuaciones. Entre los tres personajes principales logran cubrir toda la gama. John Krasinski es básicamente el mismo personaje que en la serie de televisión que lo llevo a la fama. Idéntico. Para ayudarlo a comprobar la situación, las escenas en las que aparecen otros miembros de dicha serie podrían con toda facilidad pegarse juntas para hacer un episodio. Krasinski es un tipo simpático, aunque llamarlo “actor” sería un poco una exageración. Mandy Moore es…meh…el papel es tan predecible que no sorprende en un sentido ni en el otro, al menos no distrae con lo mala que es. Robin Williams es divertidísimo. No es que se convierta en una persona completamente diferente, pero a veces se olvida lo francamente gracioso que es este veterano. Cualquier risa durante la cinta es provocada por lo bien que Williams ejecuta la excentricidad de su personaje.

Fuera de eso, nada que decir. Salvo que otra vez, el final feliz no tiene sentido. Después de darse cuenta de todo lo que Sadie y Ben se dieron cuenta, la única conclusión posible es que no deberían estar juntos. Simplemente no va a funcionar. Pero aun así se casan. No tiene sentido…a menos que me este perdiendo algo...

Sunday, October 16, 2011

Red State (Kevin Smith, 2011) – 2/10

Red State es un experimento de Kevin Smith, quien intentó salir de su zona de confort y hacer una cinta alejada de lo que normalmente produce. Al mismo tiempo es un interesante intento por construir una cinta completamente independiente, con una apuesta curiosa para la distribución. En realidad termino siendo una decepción en ambos frentes.

La ficha IMDB

Abin Cooper (Michael Parks) es un sacerdote fundamentalista que ha heredado una iglesia cuyo credo principal es un odio desmedido hacia los homosexuales. Con sus fieles creyentes, Cooper se dedica a asesinar homosexuales. También, sin ninguna justificación, deciden tenderle una trampa a tres jovencitos para asesinarlos. Al mismo tiempo y sin razón aparente, un escuadrón policiaco decide hacer algo respecto a las sospechas de que la secta de Cooper ha comprado armas ilegales. Como consecuencia de eso, mucha gente muere.

Hay que darle crédito a Kevin Smith por intentar algo diferente a lo que normalmente haría. Red State se aleja mucho de la franca estupidez de Jay & Silent Bob Strike Back o la sentimental comedia que es Chasing Amy. Tristemente, no es para bien. Cualquiera que sea el punto fuerte de Smith (los diálogos) desaparece completamente en Red State y solo queda en evidencia su pobre capacidad como director.

En ningún momento la cinta da miedo, tampoco lo pone a uno a reflexionar, si no es en lo ridículo que termina siendo Smith al pregonar sin reservas su desprecio por la iglesia y el gobierno. No hay tensión ni sentimientos fuertes por personajes que, de todos modos, son completamente unidimensionales.

Smith había prometido subastar los derechos de distribución de la cinta, pero termino por no hacerlo y es difícil pensar que eso fue más que un intento por algo de publicidad. Que no parece haber servido de mucho.

Hay que darle merito a Smith por salir de su zona de confort y más aun por seguir haciendo el cine que quiere y atreverse a hacerlo con sus medios, de principio a fin. Pero por Red State en sí misma, habría que darle una patada en la espinilla.

Clueless (Amy Heckerling, 1995) – 7/10

Hay comedias estúpidas cuya única misión es distraer durante 90 minutos. Clueless es una de ellas y la verdad es que hace un excelente trabajo. Por momentos parece que la cinta pretende más que solo contar chistes, pero no es así…y tampoco importa en realidad, con los chistes es suficiente.

La ficha IMDB


Cher Horowitz (Alicia Silverstone) es la chica más popular de su preparatoria. Junto con su amiga Dionne (Stacey Dash) decide “adoptar” a la recién llegada Tai (Brittany Murphy). Esta y muchas otras aventuras ayudaran a Cher a descubrirse a sí misma y quizá a encontrar el amor de su vida donde menos lo espera.

Los gringos están obsesionados con sus locuras de juventud, sea en la preparatoria, sea en la universidad; hay miles de comedias que lo demuestran. Clueless es solo una más de ellas, pero por lo menos está del lado de las divertidas. Con una interesante mezcla de chistes inocentes y otros subidos de tono así como el mínimo indispensable de comentario social (de verdad mínimo) la película logra mantenerlo a uno entre sonriendo y riendo todo el rato.

Lo más interesante, además de que Alicia Silverstone se ve de verdad guapísima, es lo poco que ha cambiado el comportamiento de la juventud americana (y por extensión la de todas las sociedades que la siguen). Por supuesto que las películas son exageraciones, pero parten de la realidad y es curioso como películas o series de TV más recientes caen en muy similares situaciones.

Estos muchachos completamente absortos en sí mismos dan lugar a chistes divertidos, pero en cuanto uno enciende el cerebro la cosa es más bien triste. Quizá la idea es precisamente que eso no pase.

Four Lions (Christopher Morris, 2010) – 8/10

¿Existen temas de los cuales no hay que burlarse? El comediante ingles Christopher Morris parece pensar que no, o al menos el terrorismo no es uno de ellos. En esta divertidísima y muy inteligente comedia, Morris expone a un grupo de jihadistas ineptos y aprovecha para levantar preguntas interesantes.

La ficha IMDB

Omar (Riz Ahmed) es el líder de un grupo de musulmanes decidido a mandar un poderoso mensaje a los infieles de la sociedad británica. Desafortunadamente, ninguno de los integrantes es particularmente brillante. Después de una sesión de entrenamiento en Pakistán completamente fallida, Omar decide seguir adelante con un plan…aunque este sea lejos de perfecto.

Christopher Morris merece elogios por haberse aventurado a crear esta cinta que se burla de una situación particularmente delicada en estos tiempos. Sobre todo, merece elogios por no haber caído en sobre simplificaciones estúpidas como algún cineasta americano lo hubiese hecho (la verdad). Los “terroristas” son unos idiotas, más preocupados por verse bien frente a la cámara que por hacer valer la palabra del Señor. Pero son ellos, como individuos, estos cinco, los que son idiotas; no es el concepto el que es ridiculizado, no es la ideología. No es que la ideología sea presentada como valor; Morris es lo suficientemente inteligente como para presentarla solamente como parte del contexto, no como punto central y por lo tanto evitar tomar partido en una u otra dirección. Además, hay más de una patada en la espinilla al bando contrario, así que hay algo de balance.

El guion es fantástico desde dos puntos de vista. Por un lado, los chistes son simplemente geniales. Están lejos de ser predecibles y eso es 90% de la victoria en una comedia. Además, funcionan muy bien con los personajes y son simplemente hilarantes en su simplicidad. La profunda inocencia y espontaneidad en los comentarios de estos terroristas primerizos es fantástica.

La otra perspectiva desde la cual el guion funciona muy bien es que da una visión interesante de lo que pudiesen ser las motivaciones de un individuo para volarse en pedazos por una idea. Por momentos parece ridículo pero en más de una escena, los personajes, particularmente Omar, transmiten una noción de obviedad en lo que están haciendo. Es decir, que se comportan como si, claramente, esta fuese la mejor decisión. En ese sentido, Four Lions se siente humana y honesta. En ningún momento asume que hay que explicar las motivaciones de los personajes, sino que parte de la idea que es normal seguir este curso de acción. No lo es quizá para nosotros, pero claramente lo es para alguien.

Todo esto funciona gracias a los actores. Los personajes están muy bien escritos, pero sin duda son los actores quienes logran transmitir de manera casi transparente las diferentes emociones detrás de esos diálogos tan cotorros.

Si no fuera por tanto chiste tan gracioso, la mejor escena sería sin duda cuando Omar se despide de su esposa. Es una de esas escenas que hacen a la audiencia poner sus convicciones en una nueva perspectiva.

Four Lions es el tipo de cinta por la cual puedo de decir que no, no hay ningún tema del cual uno no deba reírse. Una broma inteligente puede tener tanto poder como cualquier arma.

Mis tardes con Margueritte (Jean Becker, 2010) -6.5/10– 6.5/10


La tête en friche es una linda historia de amor sin sexo, de ternura entre dos expuestos, el hombre-niño gigante siempre rechazado y la frágil anciana culta, a través del descubrimiento de las palabras y los textos. Todo esto en el ritmo lento de la vida en una pequeña ciudad provinciana, entre el único café y el único parque.

Ficha de lecture IMdb

Por excepcional ocasión, Gerard Depardieu tiene un papel en el cual actúa como se debe. Este Germain Chazes le queda perfecto, con su “cabeza sin cultivar”, significado del título francés, aunque “friche” hace referencia solamente a la agricultura, no al sentido cultural de la palabra! El gigantón, bueno pero torpe, sensible pero apenas alfabetizado, tiene la inteligencia del corazón pero no la de los libros. Siempre ha sido rechazado. Primero por su madre (Anne Le Guernec), que no se perdía ninguna ocasión de reprocharle su volumen excesivo : demasiado alto, demasiado grueso, este niño ocupaba demasiado espacio. Básicamente, estaba de sobra en la vida maternal. En la escuela, el maestro se la pasaba poniendo en evidencia sus malas respuestas, apoyado por el coro de los niños burlándose. Y ahora, en el café del pueblo, es el objetivo de las burlas de los clientes, en particular del rey del crucigrama Landremont (Patrick Bouchitey), dueño de las palabras.

Pero Germain es bueno como el pan, capaz de levantarse en medio de la noche para salvar del suicidio al arriba mencionado rey de los crucigramas. Es el único en abrazar y consolar a la dueña del café Sandrine (Maurane) cuando la abandona su joven amante Youssef ( Lyes Salem ). Aunque las palabras no sean las más delicadas; “en las viejas ollas se cuecen las mejores sopas “….Digamos que las palabras no le obedecen.

Vive en un tráiler en el jardín de su mama, una vieja medio loca (Claire Maurier), que se la pasa enamorada de Luis Mariano, el gran cantante de opereta de los años 70, 80. Y el único rayo de sol de su vida es la rubia Annette (Sophie Guillemin) conductora del (único?) autobús de la ciudad y sinceramente enamorada de él.

Hasta que, un día, sobre una banca del parque, se encuentra a una delicada anciana, Margueritte (Gisèle Casadesus), toda arrugada y delgada, elegante, con voz firme, perfecta dicción y amplio vocabulario. Trae su pequeño cojín rojo para suavizar el contacto con la piedra de la banca. Hablan de palomas y de los nombres que él les puso a todas. Al día siguiente, ella llega con La Peste de Camus y le lee un pasaje del principio:” "¿Cómo sugerir una ciudad sin palomas, sin árboles y sin jardines, donde no puede haber aleteos ni susurros de hojas, un lugar neutro en una palabra?".

Como Germain tiene buena memoria auditiva (él dice que nada más recuerda lo que escucha), empieza a usar sus nuevas palabras en su entorno normal, por ejemplo con sus amigos del café. Y su vida tiene ahora dos caras: la vida normal donde es El tonto, aunque entienda significados que los demás no (porque al cocinero lo llaman “the Cook”), y los encuentros con Margueritte, las palabras y los textos.

Pero cuando ella le regala su viejo diccionario Robert, todo destartalado, Germain no le encuentra ningún chiste. Annette se llama aneth (hinojo), Margueritte no existe y la margarita es solamente una flor, Germain es un primo hermano o un hombre de esas poblaciones bárbaras como los teutones, godos y demás vándalos. Y peor que todo, Robert, en cuanto a jitomates se refiere, solamente conoce una variedad, las olivettes. En eso, Germain sabe más, él que es dueño de la magnífica huerta que alimenta al restaurante del pueblo.

Germain le devuelve su Robert a Margueritte. No le sirve un diccionario donde, para encontrar el significado de las palabras, hay que conocer primero su ortografía. (Opinión bastante acertada: la gran paradoja del diccionario es que, para verificar la ortografía de las palabras, hay que tener una idea de cómo se escriben!). Y que no tenga ningún conocimiento sobre lo que constituye la vida cotidiana de Germain.

Después de Camus vendrá Romain Gary con La Promesse de l’aube , su autobiografía ; y después podría venir Sepúlveda y El viejo que leía novelas de amor. Porque Margueritte, con su gran pero discreta sensibilidad, ha sabido encontrar los puntos de interés de Germain: las palomas del parque llevan a La Peste, el sufrimiento por la madre lleva a Gary porque “se vuelve siempre a aullar sobre la tumba de su madre como un perro abandonado” . El sueño por viajar al Amazonas lleva a Sepúlveda.

Y cuando Margueritte se vuelve ciega, Germain le lee en voz alta La niña de alta mar de Supervielle y le regala un bastón con cabeza de paloma. Ella, para agradecer le regala una nueva palabra: la lítotes “No me desagrada”.

Obviamente, tendremos un final feliz : hereda la casa de su madre y una caja con recuerdos de él bebe, o sea que , finalmente, su madre sí lo amó ; Annette queda embarazada, y Germain es ya capaz de aceptar el papel de padre. Y sale volando al rescate de la pobre Margueritte que sus sobrinos han encerrado en un asilo en el norte lejano de Bélgica. Tiene, por fin, casa, esposa, hijo, el amor de su madre muerta, y una madre de reemplazo.

Con la observación de la tranquila vida de provincia, costumbrista con sus personajes típicos : la dueña del café-restaurante, los habituados, el italiano, el árabe, los jugadores de dados, la conductora del autobús, las secretarias del asilo, el sobrino egoísta, y, en los recuerdos, la madre ligera de cascos, y el institutor malvado.

Una película sencilla, simplista tal vez, pero sensible, servida por buenos actores. Sobre todo Gisèle Casadesus, quien, a sus 97 años, conserva el porte, la elegancia, y la dicción de la Comedia Francesa. Y sus “ojitos”, como dice Germain, captan y expresan todo. Delicada iniciadora y guía, sutil sin jamás insistir, es el contrapeso perfecto a un Depardieu aparentemente torpe y burdo, pero que deja poco a poco aflorar sus verdaderos sentimientos y capacidades. Porque siente que por fin tiene permiso de hacerlo, después de años de represión y desprecio. Porque, por fin su cabeza se cultiva.

Más extraño que la ficción (Marc Forster, 2006) - 8/10



Comedia romántica, película fantástica y manual de análisis literario, Stranger tan Fiction es todo esto, con humor y buenos actores.

Metalinguística ficha IMDb

Guiados por la voz encantadora y deliciosamente british de Emma Thompson, personaje y espectador siguen la aritméticamente programada vida de Harold Crick (Will Farrel).Para el espectador, nada sorprendente, salvo tal vez las formulas matemáticas y los esquemas que se sobreponen a las imágenes. Pero, para un personaje, resulta sumamente perturbador oír la descripción de lo que está haciendo.

Como todo ser humano normal que se preocupa, acude a un loquero, la doctora Mittag Leffler, (divertida diminuta Linda Hunt ) quien , con una mente muy abierta, acepta la posibilidad de una explicación literaria y remite su paciente a un especialista en el campo, el Profesor Jules Hilbert (Dustin Hoffman).

Paralelamente, conocemos a la mujer de la voz dentro de la cabeza del personaje, la escritora Karen Eiffel (Emma Thompson). Lista para saltar de un rascacielos, o hundiéndose en su coche en aguas heladas, cuando en realidad esta parada sobre su escritorio o sentada a la orilla del río bajo la lluvia. Porque las situaciones reales son nada más un punto de partida al cual un escritor le agrega mucha invención.

La película nos da acceso a las diferentes componentes existentes en una novela: el autor, el narrador, el personaje, el crítico (el que conoce todas las herramientas de escritura y sabe desmenuzarlas). Y nosotros somos, más que un simple lector, un ser omnisciente, omnividente, inteligente que se las sabe de todas todas. Se trata de un juego metalingüístico cuyos elementos se unen para construir la trama que están analizando. Podría ser un muy bien apoyo para un curso de literatura: da los elementos teóricos al momento que muestra la práctica.

Llena de guiños, alusiones, referencias y finezas, la película es un momento de gran placer, sin caer en lo fácil. Porque lo esperado de la trama es precisamente la ilustración de lo que el profesor explica.

La comedia esta a todos los niveles y la comedia reside precisamente en construir, vivir y analizar una comedia: como los dos enemigos del principio, el inspector de Hacienda Harold Crick y su contribuyente pastelera Ana, terminan ,según el esquema clásico de la comedia romántica estadounidense, enamorándose.

Esto no impide que la película sea muy divertida. Porque es muy divertido sentirse inteligente y culto.

Tetro (Francis Ford Coppola, 2009) - 8/10


Película intimista de Coppola, muy diferente a sus cintas espectaculares. Con un uso muy sabio del blanco y negro y excelentes actuaciones. El sufrimiento del escritor y la lucha por existir frente al padre.

Ficha IMDb

Con una preciosa, y hasta preciosista utilización del blanco y negro en la noche de un barrio de Buenos Aires, y con fondo de milonga, un joven en uniforme de marinero viene en busca de su hermano. Pero este se niega a verlo y Bennie ( Alden Ehrenreich) se puede quedar a pasar la noche solo gracias a la generosidad de Miranda , la compañera de este (Maribel Verdu) . Se quedará en la sala, como en la antecámara de un príncipe, esperando la aparición del tan deseado rey de sus sueños. Leyendo, antes de dormirse, una vez más, la carta que el hermano mayor le mandó años atrás, con la promesa de volver a buscarlo.

Pero nunca volvió. Y ahora parece que se niega a verlo. Sin embargo, con la mañana y la luz de un nuevo día, empezará la reconstrucción de una relación. Con altos y bajos, mucha entrega de parte del más joven, momentos de acercamiento mitigados con extraños silencios y claros rechazos de parte del mayor. Bajo la protección de la comprensiva y generosa Miranda, en un papel maternal y conciliador.

A medida que se hablan, se explican y se esconden eventos y sentimientos, se interponen flash-backs a color, escenas con el padre dominador Carlo Tetrocini (Klaus Maria Brandauer ), convencido de su genialidad y de su poder de seducción. Este tema del artista seductor y manipulador se expresa también a través de las evocaciones a color del mito de Pigmalión y de Copelia, la muñeca viviente y despedazada.

Miranda también entrega algunas claves sobre Tetro, nuevo nombre de Angelo Tetrocini (Vincent Gallo), con la alusión clara a lo tétrico, a una voluntad suicida, de negarse como hombre, como padre, con creador. Ella nos revela su pasado como enfermo mental y/o escritor fracasado. Fracasos y éxitos literarios y teatrales se manifiestan en el pequeño círculo de amigos que presentan una obra moderna y provocativa en el pequeño café de Jose (Rodrigo de la Serna) con el extraño Abealrdo (Mike Amigorena,), y a la cual asiste Alone, la famosa escritora, profesora y critica, figura femenina protectora-castrante con la cual Tetro se ha anteriormente peleado por motivos artísticos.

La decisión de Bennie de poner orden en el manuscrito, abandonado en una maleta, de su hermano es de doble filo: hacerlo nacer como escritor, pero mostrándole su incapacidad de hacerlo solo.

Triple figura materna: la verdadera madre, muerta en el accidente automovilístico, Miranda la amante cálida, y Alone la critica que volverá a dar vida al otorgar el premio de festival de la Patagonia. Pero que también niega su reconocimiento.

Triple figura paterna: el compositor, Pigmalión, y Tetro, verdadero padre de su hermano. El padre, como el Pigmalión de los intermedios a color, utiliza, destruye, tanto la joven novia de su hijo, como el hijo mismo, quitándole su novia y su propio hijo, y negando le el derecho de ser amante y de ser padre.

O sea, un fracaso total de los papeles parentales.

La película, además de mostrar relaciones intensas, o hasta enfermizas, en un relato calvez muy largo (¿Pero que se podría quitar?) muestra imágenes hermosas: personajes hablando con la sombra del otro, o con el reflejo, en escenas que parecen desarrollarse sobre dos planos al mismo tiempo que aplanadas. Imágenes de la Patagonia. Y escena memorable escena de sueño (en los dos sentidos): baile de una pareja sobre una pista de madera, circular como pista de circo, con centro de otro color, lo que hace pensar en un disco de los antiguos, y que poco a poco es invadida por las olas, hasta transformarse en un paisaje de la Patagonia.

Se puede reprochar el final, un poco cursi: reconciliación de padre e hijo en medio de los coches sobe una avenida nocturna.

La selección de música es excelente, desde el tango hasta Madama Butterfly de Puccini, las sinfonías de Brahms y una música incidental compuesta por Osvaldo Golijov. Y hay que reconocer que los tres actores principales son estupendos.

Monday, October 10, 2011

Daybreakers (Michael & Peter Spierig, 2009) – 6/10

Una película cuyo conflicto principal no es la lucha entre humanos y vampiros, sino decidirse por ser un thriller o simplemente una película de horror, Daybreakers tiene imágenes interesantes y quizá un subtexto relevante. Un rato de sana diversión que pudo ser más.


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En el 2019 los vampiros son la población dominante; pero un serio problema de abastecimiento de sangre hace que la sociedad vampírica este en riesgo de desaparecer. Edward (Ethan Hawk) es un hematólogo que intenta encontrar un sustituto a la sangre humana, al mismo tiempo que lucha por retener un poco de humanidad.

La cosa con Daybreakers es que el concepto es bien interesante. La premisa de la cinta y la idea detrás de la resolución del conflicto son bastante inteligentes, sobre todo porque juegan a todos los niveles con un cambio en los roles tradicionales. Es una historia de verdad interesante, pero la ejecución se quedo corta. El guion intenta abarcar mucho, quitando así el énfasis en los elementos de verdad interesantes. También, está claro que los hermanitos Spierig tienen ganas de ver sangre y tripas y eso resulta más que nada en una distracción.

Parece poco lógico decir que los elementos de horror no tienen lugar en una cinta de vampiros. En este caso tiene sentido. La historia lleva en sí suficiente tensión como para mantenerlo a uno atento durante dos horas y el trabajo de los personajes es lo bastante interesante. Uno está atrapado por la secuencia de eventos y ver cabezas sin cuerpo rompe ese ritmo y lo sacan a uno del flujo de la historia.

Es cierto que la técnica para revertir a los vampiros a su estado humano, la primera, esta medio pobre; pero es una de esas cosas que uno puede aceptar y seguir adelante. Lo que no es tan fácil aceptar son algunas de las debilidades del guion. El encuentro entre Ed y la resistencia humana es un chiste; aunque no tan malo como la grandiosa aparición en el momento crucial de Lionel (Willem Dafoe) para salvar la vida de sus amigos.

Los hermanos Spierig definitivamente tienen una visión particular; pero también queda claro que necesitan madurarla. Muchas secuencias se sienten débiles. Gran ejemplo de esto es cuando Ed revela su plan maestro. Quien sea que no lo haya visto venir al menos 10 minutos antes de que suceda, estaba durmiendo.

Daybreakers es un buen rato de diversión y quizá un vistazo a cosas más interesantes por venir.

A Night at the Roxbury (John Frotenberry, 1998) – 6/10

No hay nada mejor que burlarse sin parar de una década que ya paso. Salvo quizá cuando las burlas corren a cargo de uno de los integrantes más graciosos del semillero de cómicos americanos, cuando aún era gracioso (el sujeto y el semillero). Esta producción de Saturday Night Live es estúpidamente divertida. Como debe ser.

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Doug Butabi (Chris Kattan) y su hermano Steve (Will Ferrell) tienen una sola misión: la fiesta. Pero su misión tiene un objetivo específico, entrar al club más exclusivo de la ciudad, el Roxbury. Desafortunadamente, ambos son totales perdedores, así que entrar no será fácil. Pero una vez que lo consiguen, su vida cambiara y su sueño de abrir su propio club nocturno se hará realidad.

Básicamente, A Night at the Roxbury son 90 minutos de Will Ferrell y Chris Kattan diciendo y haciendo estupideces, rodeados de luces neón y artefactos de los ochenta. Para hacer la cinta más divertida, todas las situaciones están musicalizadas con éxitos de los 80. Inclusive en el elevador.

La película cuenta con todos los momentos estereotípicos necesarios, como la pelea y la reconciliación, el momento de confusión y desesperanza, la victoria final y demás. Aunque uno se lo espera, siempre resulta un poco decepcionante cuando sucede, una y otra vez. Pero bueno, la realidad es que nadie va a ver una cinta de Saturday Night Live esperando ser sorprendido por la estructura narrativa. Uno va para escuchar estupideces inesperadas.

En ese sentido, A Night at the Roxbury cumple. No es la mejor cinta salida de los estudios de SNL, pero es imposible no reírse.

50/50 (Jonathan Levine, 2011) – 6.5/10

A pesar de no ser su primera cinta como director, 50/50 se siente como si fuera la primera obra de Jonathan Levine. Algunas situaciones pudieron manejarse mejor y algo de la construcción de los personajes se quedo corta. Dicho eso, 50/50 logra tocar algunas fibras sensibles para bien y para mal.

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Adam (Joseph Gordon-Levitt) es un chavo bien buena onda con una novia guapísima (Bryce Dallas Howard) y un amigo, Kyle (Seth Rogen), también buena onda pero menos serio. Un día, Adam es diagnosticado con una rara variedad de cáncer. Ahora debe lidiar con la enfermedad, y descubrir quien está realmente de su lado.

Diseñada como una arquetípica película del recientemente nombrado genero del “bromance”, 50/50 se siente un poco débil en ese aspecto. Es claro que la amistad entre Adam y Kyle es importante, pero no es realmente el punto central. Parece, más que nada, que Adam está solo. Y quizá esa sea la intención; pare después mostrar como realmente no lo está. Pero esta última parte parece no suceder del todo.

Lo que si es que los personajes consiguen sentirse humanos. La madre de Adam (Anjelica Huston) a pesar de tener poco tiempo en pantalla es definitivamente una presencia y su relación con su hijo es completamente comprensible. Lo mismo sucede con Rachel, la novia infiel. Tanto así que es evidente en los primeros 20 minutos como va a terminar esa historia; pero por lo menos se siente realista. Katherine, la terapeuta, (Anna Kendrick) también funciona bien, excepto por el final, que es una salida fácil.

Seth Rogen es Seth Rogen, en su faceta un poco más vulgar que de costumbre. El tipo es buena onda como siempre, pero falto un poco de su lado más empático, que generalmente sale hacer bastante bien. Quien es realmente sorprendente es Joseph Gordon-Levitt como Adam. Es solo después de pensarlo que uno se da cuenta de lo fácilmente que nos hace creer lo que está viviendo. Su actuación funciona tan bien, que cualquier sospecha de falsedad en la cinta viene de la gente que lo rodea.

Quizá el único “problema” de 50/50 fue posicionarse, en la publicidad y en la aproximación a algunos eventos, como la historia de dos amigos luchando contra el cáncer. La verdad es que como la narración de un joven intentando lidiar con una situación terrible, funciona muy bien.

Dragon Ball Evolution (James Wong, 2009) – 1.5/10

Cada vez que un clásico de la infancia es retomado para una nueva adaptación, uno se siente nervioso. Más aun cuando es retomado por manos nuevas con una mentalidad diferente. Si, parte del equipo que adapto Dragon Ball es Japonés, y Akira Toriyama estuvo involucrado como productor, pero aun así había razones para estar nervioso. Tristemente la preocupación fue valida. Vaya porquería.

La ficha IMDB

Goku (Justin Chatwin) es un estudiante de prepa (la mismísima Unitech, localizada en la mexicanísima Unitec) y un desadaptado social. ¿Por qué? Quién sabe. Un día, su abuelo (Randall Duk Kim) es asesinado por haber sido poseedor de una de las siete esferas del dragón. Asesinado por el mismísimo Picoro (James Mastrens) quien ha regresado para destruir al mundo. Muajaja. Goku se aliara con una banda de perdedores para intentar detenerlo. Creo.

La idea de adaptar Dragon Ball a acción real era, para empezar, una estupidez. Encima de eso, al equipo de producción se le ocurrió que sería una buena idea grabar sin tener realmente una historia, o un guion, o siquiera la mínima idea de cómo estaba construido el universo original.

Los diálogos son sosos, las secuencias de pelea patéticas, los personajes de cartón y las situaciones simplemente no tienen ni pies ni cabeza. Dragon Ball, el manga o el anime, no era una joya literaria, pero por lo menos era divertido. Además, cuando las cosas sucedían no eran absolutamente gratuitas. O por lo menos no me parecía que lo fueran. En esta adaptación, nada tiene sentido, y ni siquiera hay el agasajo visual como para soportarlo.

Lo más chistoso es la escena durante los créditos diseñada para hacer nos creer que podría haber una segunda parte. Como si de veras.

Sunday, October 2, 2011

Hollywood, departamento de homicidios ( Ron Shelton , 2003) – 4/10


Entre acción y comedia, una historia policiaca sin mucho interés, salpicada de momentos divertidos. Pero nada del otro mundo.

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¿Porque Harrison Ford le hace siempre de policía? Resulta un poco aburrido. Para ponerle algo nuevo al asunto, es a veces sentimental, a veces despiadado. Esta vez, es muchas cosas aparte de ser policía. En particular vendedor de bienes raíces.Para hacerle el pendiente, su compañero, Calden ( Josh Hartnett ) es maestro de yoga para completar su quincena y hacerse de amigas. Pero su sueño es ser actor e igualar a Marlon Brando en Un tranvía llamado deseo.

A parte de resolver cada uno sus propios problemas de dineros, vocaciones artísticas y demás, tienen que hacer su trabajo de policías: resolver el cuádruple homicidio , en un club nocturno, de los miembros de una banda musical.

Se mezclarán los intereses, personales o profesionales de un inspector de Asuntos Internos, de un productor musical, de una vidente radiofónica, amante de Joe Gavilan (Harrison Ford) y ex del inspector de A-I, un productor de cine con una hermosa casa que quiere vender. Y algunos más.

Todo se resolverá en una interminable persecución, cuyo único interés son las interrupciones por llamadas telefónicas para la venta de la casa.

Película muy práctica: es posible ausentarse para un café u otras ocupaciones domesticas sin perder el hilo de la historia.

Subway (Luc Besson, 1985 ) - 5.5/10

Extraña película, una de las primeras de Luc Besson, antes de que se volviera muy técnico, o muy presumido. Con actores que, después, iban a volverse famosos.

Ficha IMDb

Todo empieza por una persecución en coche (como después en Taxi ,Gérard Pirès- 1998, escrita por el mismo Besson) sin entender muy bien quien persigue a quien .La persecución acaba en el metro. Desde ahí el conductor de uno de los coches le llama a una chica, pidiendo dinero en contra de unos documentos y una photo de ella cuando niña. Porque resulta que él, Fred (Christophe Lambert) ya esta enamorado de ella y que ella, Helena (Isabelle Adjani) es la mujer que lo invitó a una fiesta y la esposa del dueño de los documentos.

Fred se quedará en la estación del metro y encontrará a un montón de gente que vive ahí, trabaja en empleos marginales o regulares. O oficiales como los policías. Al mismo tiempo que va haciendo amigos, sigue la historia policiaca: encontrar al ladrón de documentos. Pero Fred se vuelve el elemento central, él que une a todos los demás, en particular en la constitución de una banda musical. Algo como el quinto elemento que faltaba para que el mundo subterráneo tomara sentido.

La película fue rodada de noche. Y por cierto, con el encierro nunca se sabe bien a bien que hora es.

Total que …. A esta película le queda muy bien lo de : cada loco con su tema. Tenemos el falso rubio Christophe Lambert, buscando a la chica y caminando en el metro. Al vendedor de flores (Richard Bohringer), al ladrón sobre patines (Jean-Hughes Anglade), al baterista que escucha y ve todo pero nunca habla (Jean Reno) .

Todos en los pasillos del metro, o los pasillos escondidos. Algunos viven ahí. Pero los más divertidos los policías, en particular el comisario Gesberg(Michel Galabru), ex-gendarme de Saint Tropez, con su inspector Batman (Jean-Pierre Bacri)

Y, por cierto, Isabelle Adjani y su saco con hombreras, y sus peinados estrafalarios que no logran afearla. En un papel totalmente superficial de chica pobre que se casó con una hombre super-rico y misterioso, probablemente no muy honesto; pero que no lo ama y se enamora del chico falso rubio del metro.

A ver si quieren conocer las grandes estaciones del metro parisino, que impresionaron tanto cuando se construyo la red del RER y los kilómetros de pasillos con azulejos azules y anaranjados. Y las escaleras mecánicas altísimas.

Por lo demas, es mejor ver a Jean reno en Leon (1994), que,sí, es una obra maestra de Besson.

La Caza (Carlos Saura, 1966) - 9/10

Cine político o drama sicológico, La Caza es una película impresionante, tensa, con una música que le queda como anillo al dedo. Con una dirección de actores y de cámaras precisa, dura. Sin ser una película abiertamente política, esta cinta de Carlos Saura, es una dura crítica a la sociedad española del franquismo. Con imágenes, montaje y música sin compasión.

Ficha IMDb

Nada directo, todo simbólico en esta cinta que recuerda mucho a los ambientes e incluso a algunas escenas de Buñuel. Las imágenes pesan, dicen más y ponen al espectador en un malestar difuso.

Nada más normal que estos cuatro hombres que van a la sierra al disfrutar un día de caza en el calor. Sólo que están cerca de Toledo; sólo que son solamente hombres; Sólo que tienen un pasado que entrelaza sus historias. Sólo que uno es dueño y “amo” del lugar y del vigilante que vive ahí con su vieja madre enferma y con su sobrina.

Sólo que el calor es tórrido, la vegetación escasa y que los conejos corren a esconderse cuando se desencadenan los tiroteos. Y que uno no puede evitar pensar en los republicanos a los que han tiroteado en esta zona.

Sólo que el más joven tiene cámara y radio. Baila con la sobrina y fotografía a todos.

Machismo y gusto por matar. Sensualidad de la sobrina. Necesidad de dinero. Estas son las emociones que comparten todos. La necesidad de apoyo es clara, pero los antiguos códigos de honor ya no se respetan: la vieja amistad o el lazo del señor feudal con sus súbditos ya no obligan a ayudar. Ahora, es cada quien para si mismo.

Y el calor exacerba las pasiones, la sed de sangre y alcohol.

Música y montaje se vuelven ensordecedores, implacables, hipnóticos. Como los tambores de Calanda de Buñuel.

La caza al conejo terminará en una caza humana. Muriendo tres de ellos, y dejando como única esperanza al más joven, como suspendido en su carrera en busca de auxilio. Esperanza de que las nuevas generaciones sepan salir del orgullo y de las obsesiones de sus padres: egoísmo y sensualidad reprimida.

La película es de 1966 ; Franco morirá en 1975.

Ocho mujeres (Francois Ozon, 2002 ) - 8.5/10


Esta obra (de teatro) debe ser vista primero porque es una investigación policiaco llevada por las mismas sospechosas, y con un muy bueno suspenso. Pero también y sobre todo porque estas ocho mujeres son de las más grandes actrices que tiene Francia y Ozon les da a cada una, juntas y por separado, la oportunidad de brillar. Un verdadero deleite.

Femenina ficha IMDb

Todo empieza por la muerte del único hombre de la casa. Motivo por lo cual surgen las preguntas. Con una estructura investigación estilo Agatha Christie: todos encerrados con imposibilidad de salir (nieve) o de comunicarse (cables de teléfono cortados), la encuesta se hace con el cuerpo en la recamara arriba de la escalera. Casi todas las escenas tienen lugar en la estancia, que comunica con la cocina, el patio y la escalera.

Las ocho mujeres en cuestión pertenecen a tres generaciones. En el centro esta Gaby (Catherine Deneuve) , esposa del muerto. Tiene dos hijas; una , la más chica , Catherine (Ludivine Sagnier) vive aquí y sueña con vivir una vida de aventuras y amores como su hermana mayor. La otra, Suzon (Virginie Ledoyen) acaba de volver de Inglaterra y tiene un secreto de los que no gustan a las familias bien (estamos en los años cincuenta ). Gaby ha obtenido de su esposo que acepte en la casa a su hermana Augustine (Isabelle huppert) y su mama (Danielle Darrieux) ; cada una tiene su secreto : la mama tiene cierta atracción por el alcohol, y la siempre quejosa hermana , a pesar de sus aires intelectuales , es devota de las novelas rosas.

Dos empleadas se dividen el trabajo de esta casa burguesa . Una, madame Chanel (Firmine Richard) de color, y una joven de lo más sexy Louise (Emmanuelle Béart) altiva y vestida como Jeanne Moreau en Le journal d’une femme de chambre de Buñuel , vestido largo negro, botines altos, enaguas blancas, pequeña cofia. Nada más falta el látigo. Una mujer más, la de quien se habla sin verla durante mucho tiempo, la clandestina, la que todas odian: la hermana del esposo: Pierrette (Fanny Ardant).

A medida que avanza el día, bajo la presión del encierro se descubren las infamias de cada uno, los secretos que no querían desvelar para nada en el mundo: Suzon está embarazada, pero, aún peor, del padre, Pierrette padece ludopatía, pero, peor que eso, juega con madame Chanel, con quien tiene una relación amorosa. Gaby tiene un amante y las maletas están listas bajo la cama, y Suzon no es hija del esposo Louise vino a la casa porque es amante del padre. Gaby acusa a su madre de haber matado a su esposo y, pero aún, Mamy lo reconoce…..Y algunos detalles más. Entre los cuales, muchos asuntos de dinero.

Estas bellas damas tienen en verdad mucho que decir. Y mucho que enseñar. Vestidos y joyas, que se quitan y se ponen. Gran escena de Fanny Ardant quitándose abrigo y guantes negros con sensualidad para revelar un apretado vestido rojo. Emmanuelle Beart arrancándose el cuello blanco de su uniforme para enseñar un generoso escote. Isabelle Huppert bajando la escalera sin anteojos y con un vestido de diva. Y cada una brillando en su personal momento de music-hall. Pero acabar en un “Il n’y a pas d’amour heureux "(Canción de Jean Ferrat como al final de Potiche) cantado por la mayor, Danielle Darrieux mientras las otras siete le sirven de coro y bailarinas. Antes de inmovilizarse todas, en línea, como para saludar al final de la representación teatral. Esperando los aplausos. Y vaya que los merecen. Y Ozon por dirigirlas con autoridad, equilibrio y precisión.

Por cierto, un discreto homenaje a Romy Schneider, para unirlas al grupo de las grandes. Su foto es la que esconde una de ellas en su cartera. Y Romy Schneider fue una gran y hermosa actriz francesa, a pesar de ser austriaca de nacimiento.

Por cierto, nadie ha sido asesinado. Pero sí hay un muerto….