Sátira política extraña, incomoda, hasta desagradable por momentos, fabula que transmite una falta total de esperanza en los sistemas políticos, sobre el poder y sus cambios. Con una intensa violencia física e intelectual. En el reino de los ciegos, el tuerto es rey.
Ficha IMDb
La narración alterna épocas diferentes que, en un principio, no se alcanzan a relacionar. Solo el cambio entre las diferentes apariencias de Joe (Ralph Fiennes) y la textura y colores de las películas dan a entender que se trata de momentos no simultáneos. Colores cafés: Joe es guardia en la prisión donde John Thorne (Donald Sutherland) es prisionero político desde quince hace años (por escribir una obra de teatro en conra del gobierno). En oposición al sistema en su conjunto, se niega a vestir el uniforme de recluso y escribe mensajes en las paredes de su celda con su propio excremento.
En colores y con luz muy blanca, sobreexpuesta, Joe escribe a máquina, flaco, preocupado, triste.
En paralelo, asistimos a la vida de Junior (Tom Hollander), sobrenombre de Maximiliano II, dictador heredero de Papá Max, y "presidente vitalicio", comprometido en una lucha sin cuartel contra los "terroristas" anti gobierno. Junior colecciona los uniformes militares , vive con su magnífica esposa Joséphine de la Croix ( Lara Flynn Boyle), cubierta de joyas y ropas de lujo, en un palacio de estilo hindi, con representaciones teatrales a domicilio, acompañado hasta en el baño por sus dos consejeros-ministros, Jack y Ted, que obliga-humilla a hacer todos sus caprichos (hasta pasarle el papel higiénico).
La televisión está siempre presente, con su pantalla chica, de los años 50’s. Dos presentadores leen textos informativos mezclados con anuncios comerciales ("El prisionero Thorne escribe sobre las paredes con sus heces, excelente trabajo para el limpiador XX…"). Imágenes de masacres en las calles, incendios, de edificios, libros o sacerdotes budistas, explosiones…
Poco a poco, Joe entabla plática con Thorne y parece que empiezan a estimarse mutuamente. Hasta que llega una oferta del gobierno: si Thorne acepta pronunciar un mensaje televisivo favorable al gobierno, podrá ver a su hijo. Se niega, lo golpean lo torturan. Acepta. Aparece, la cara vendada, hundido en un saco tres veces más ancho que el. Y lee. Al mismo tiempo, como preso de un tic nervioso, guiña de un ojo. Un comentador empieza a descifrar el código. T- O – R – T….. Aparece la mira en los televisores. Golpes. Más golpes.
Segunda tentativa: lo liberan y le devuelven su puesto en el parlamento. Joe es ahora capitán de la guardia presidencial. En la primera noche, durante un encuentro de infantilismo parafílico entre Junior y su esposa, Joe les abre la puerta del cuarto a Thorne y a los Ciudadanos por la Justicia y la Democracia. Juicio sumario donde Thorne ocupa los papeles de juez, testigo, fiscal. Y verdugo.
A partir de ahí, la revolución se instala, en forma permanente. Cada día más autoritario y mortífero, el nuevo gobierno impone obligaciones vestimentarias (burkas para las mujeres, uniformes estilo Mao para los hombres), desinformación, re-educación, ejecucutados, colgados en las calles……
La educación es intensa: se lucha contra la familia, se educa políticamente a los jóvenes en grandes salas, se cambia el calendario, se cambia la simbología de los colores. Se borran las personas y los hechos indeseables. Se dan clases de ideología a basa de silogismos. Thorne lee pasajes de la Biblia en televisión.
Como Joe se niega a firmar el pacto de fidelidad a la causa, termina en un campo de re educación, como todos los profesores y doctores. Se le acusa de participar en una conspiración en el campo…Etc, etc…Se le tortura. Se le encierra en la Celda 12. Tiene la cabeza destrozada, un ojo hundido, la sangre cubre su cara.
Hasta el día que la amante de Thorne lo acuchilla en su bañera. El gobierno es derrotado, Los prisioneros vuelven a sus puestos, y hasta obtienen unos mejores. Niegan las denuncias que han hecho.
Y Joe se queda en prisión, el último, el único de los prisioneros. El escribe su historia, indiferente a las visitas de su hija.
No hay final feliz para los que no se dejan ganar por las ideologías.
La película está construida como un collage, con falsas imágenes de actualidad, con imágenes simbólicas (los elefantes). Y sobre todo, funciona sobre referencias históricas a diversos movimientos revolucionarios que han evolucionado en dictaduras : Idi Amin Dada, y su gusto por los uniformes militares, Papa Doc (Duvalier) en Haiti, Napoléon y su Joséphine, La revolución francesa y su cambio de calendario y sus juicios sucesivos durante la Terreur, hasta el asesinato de Marat (la película reproduce literalmente el cuadro de David), las revoluciones árabes , con sus mezquitas de adoctrinamiento y la burka o el tchador para las mujeres, Mao con sus sacos de cuello cerradoy sus campos de reeducación y su régimen de humillación de los intelectuales, Castro como presidente vitalicio, Pol Pot y El Jemer Rojo …
Así la película ataca regímenes de derecha tanto como de izquierda. Señala el uso de las palabras, cuando las ideologías les dan un sentido totalmente contrario al sentido común. Ataca el aparato judicial cuando se pone al servicio del poder. Ataca a los grupos de oposición, cuando pierden toda tolerancia a la libertad de sus opositores.
En el país llamado Everycountry , pasan cosas que podrían pasar en cualquier parte del mundo, en cualquier tiempo. Y, de hecho, han pasado.
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