Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Monday, July 2, 2012

The silence of the lambs (Jonathan Demme,1991) – 7.5/10


Veinte años después, la cinta no ha envejecido (salvo la vestimenta de Clarisse) y se puede considerar como película de culto. De terror, por el canibalismo de lector y de suspenso. Anthony Hopkins en el papel que marcara su carrera.

Ficha IMDb

Todo mundo conoce la trama de esta película, la primera de la serie de Hanibal, pero en realidad la secunda novela, ya que la primera es El dragón rojo, que será la última en filmar, antes de inventarle una niñez-que-lo-explica-todo a Hannibal.

Los personajes se van relacionando-oponiendo de dos en dos. La pareja más evidente es la de Clarisse Sterling con el doctor Hannibal Lecter. Aparentemente la buena y el malo. La que está afuera y él que está encerrado. Pero eso es pura apariencia. Los une una inteligencia y un profundo sentido de la observación y la deducción, lo que le permite a él disfrutar ser su mentor, y a ella aprender de él. De ahí nace una complicidad, con algo de deseo disfrazado de superioridad de parte de Lecter. Un detalle revelador de este deseo es, en Hannibal, cuando Lecter, en la feria, roza el cabello de ella y después desaparece.
La relación Lecter-Clarisse empieza cuando él ataca al prisionero que la ofendió durante su primera visita al hospital-prisión. Él va a vengar el honor de la damisela como caballero medieval. Pero después la relación se profundiza y se personaliza cuando ella aceptar salir de su silencio y entregar sus secretos de niña, a cambio de información. La venganza de los inocentes corderos es ahora es objetivo de la cooperación entre ambos, entre el Bien oficial (FBI) y el Mal reconocido, encerrado, castigado más no curado.

La segunda pareja es la que forma Lecter con Buffalo Bill, o sea Jame Gumb (Ted Levine). Los dos son asesinos seriales, autores de crímenes igualmente repulsivos. Pero la gran diferencia reside en el nivel de inteligencia: inteligencia aristocrática, culta de un lado, y limitación debida principalmente a su origen social del otro. El príncipe y el hombre de pueblo.

También los diferencia la forma en que viven su trastorno. Bill lo sufre y trata de encontrar una solución torpe e superficial: fabricarse una nueva piel. Lecter asume, se enorgullece, organiza, prepara, piensa. Uno es dominado; el oreo domina. Uno necesita salir a la calle por sus víctimas, necesita e un entorno recargado con objetos, animales, muebles. El otro vive en la más grande desnudez: celda transparente, vacía, paredes lisas, ausencia de movimientos, solo sus facciones se mueven. Su voz siempre se mantiene en el mismo tono, el mismo volumen, el mismo ritmo. Se contiene, se ahorra. Hasta que explota y se pone en movimiento. Pero Lecter, aun cuando esta acostado, atado, con camisola de fuerza y mascara, asusta. De él, sabemos en cualquier momento, nos puede saltar a la cara y arrancar un pedazo de carne.

Otra pareja: el Dr Lecter y el Dr Chilton (Anthony Heald) : discreción, cultura y potencia contra palabrería, narcisismo y sed de gloria. Lo profundo frente a lo superficial. la reflexión frente al aprovechamiento del trabajo ajeno. En cierta forma, la honestidad en contra de la mentira.

Lo que nos lleva a la seducción, malsana es cierto pero seducción al fin, que secreta Hannibal Lecter : es el antihéroe por naturaleza. Sabemos que es malo, cruel, egoísta, implacable, pero no podemos dejar de sentirnos fascinados por él. Y Hopkins logra este milagro: inmóvil, nos asusta y nos atrae. Aunque este muy poco tiempo en pantalla, tres escenas en total, más la llamada final. Su maldad y su inteligencia impregnan toda la película.

Y Clarisse, chiquita (la toma en el elevador de FBI, en medios de los agentes, hombres muy altos), delicada. Pero se nos muestra su fuerza física y su resistencia desde el principio de la película que funciona como un prologo: su entrenamiento en el bosque. Y el largo recorrido por las oficinas para llegar al cubículo de Jack Crawford (Scott Glenn), jefe de la Unidad de Ciencias del Comportamiento, es el anuncio del laberinto que tendrá que recorrer hasta llegar a Bill. Y para crecer.

Clarisse tienen otro mentor, este Dr Crawford, cuya presencia Lecter ha olfateado. Ël la ha distinguido entre todos los jóvenes reclutas del FBI. Se establece entre ellos dos una relación compleja: padre-hija, jefe-empleada, menor-alumna, con un ligero toque incestuoso.

Con Clarisse de intermedio entre ellos, Lecter y Crawford entran en una relación de fuerza. Se disputan la admiración y obediencia de Clarisse. Primero opuestos cuando el jefe del FBI quiere forzar al sicópata a llenar su cuestionario, se volverán colaboradores sin nunca verse.

A final de cuentas, todos giran alrededor de Lecter, como moscas atrapadas en la red de la araña. Porque todos comparten algo con él. Y los gritos de los corderos son solo el pretexto confesable para dejarse llevar por la seducción del caníbal.

No comments:

Post a Comment