Libremente basada en el libro del mismo nombre, Every Thing You Always Wanted to Know About Sex * But Were Afraid to Ask es el puro cotorreo. Quizá esta sea la cinta más relajada de Woody Allen, sin pretensiones existencialistas (o no demasiadas), pero claro, con bastante sarcasmo.
La ficha IMDB.
La cinta cuenta 7 historias cortas que se supone están basadas en capítulos del libro de David Reuben publicado en 1969 y que es considerado como parte fundamental de la revolución sexual en los Estados Unidos. Desde bufones medievales que prueban afrodisiacos hasta espermatozoides temerosos de la vida fuera del cuerpo humano, pasando por la historia de amor entre un hombre y su oveja, la cinta responde a muchas de las preguntas comunes (para la época, asumimos) alrededor del sexo.
Hay una idea detrás de la cinta, una idea que tiene cierto valor aun 40 años después de la producción de la película y aunque esta idea es relevante, es también cierto que Every Thing You Always Wanted to Know About Sex * But Were Afraid to Ask tiene la ventaja de poderse disfrutar aun sin ponerle demasiado atención. El humor es blanco y de bajo calibre, con situaciones absurdas (de lo más absurdas) y sin demasiadas complicaciones.
Ya sea Woody Allen en el papel principal, o alguien más frente a la cámara, el tono es siempre ligero y a veces hasta un poco tonto. Es cierto que ver a Allen primero como bufón, después en una parodia del cine italiano y finalmente disfrazado de espermatozoide impide que uno se tome nada demasiado en serio. Ninguna de las historias es particularmente interesante por sí sola, o meritoria de demasiada discusión, pero todas juntas componen un bonito mosaico que definitivamente hace reír y relaja al espectador.
La cuestión sin embargo que parece intentar abordar Allen no es tanto traer al frente las revelaciones que el libro de Reuben presenta, más bien parece ser que lo que intenta hacer es cuestionar el merito de las mismas. La manera en que la cinta aborda cada una de las preguntas, de manera tan ridícula y empujando las posibles interpretaciones de los términos involucrados, da a pensar que la idea de Allen es más bien mostrar que las preguntas son en sí mismas absurdas. Es quizá un punto valido. No que todo discurso sobre el sexo debería quedarse envuelto en misterio y tabú como la sociedad conservadora lo hubiese querido (en 1970 y ahora), sino que quizá esta obsesión con explicar todo y encontrar teorías para todo en realidad sea quizá igualmente nociva.
Es posible que Allen no pretendiera nada más que hacer una película chistosa, pero vista su trayectoria es difícil pensar eso, aun cuando se habla del inicio de su carrera. Parece más creíble que la total falta de solemnidad, y en algunos casos de conexión, en las respuestas que da a las preguntas sean su manera de decir que toda la discusión es absurda, y que si a esas vamos, igual pretender examinar lo que el espermatozoide está pensando antes de lanzarse a la misión de su vida.
La ficha IMDB.
La cinta cuenta 7 historias cortas que se supone están basadas en capítulos del libro de David Reuben publicado en 1969 y que es considerado como parte fundamental de la revolución sexual en los Estados Unidos. Desde bufones medievales que prueban afrodisiacos hasta espermatozoides temerosos de la vida fuera del cuerpo humano, pasando por la historia de amor entre un hombre y su oveja, la cinta responde a muchas de las preguntas comunes (para la época, asumimos) alrededor del sexo.
Hay una idea detrás de la cinta, una idea que tiene cierto valor aun 40 años después de la producción de la película y aunque esta idea es relevante, es también cierto que Every Thing You Always Wanted to Know About Sex * But Were Afraid to Ask tiene la ventaja de poderse disfrutar aun sin ponerle demasiado atención. El humor es blanco y de bajo calibre, con situaciones absurdas (de lo más absurdas) y sin demasiadas complicaciones.
Ya sea Woody Allen en el papel principal, o alguien más frente a la cámara, el tono es siempre ligero y a veces hasta un poco tonto. Es cierto que ver a Allen primero como bufón, después en una parodia del cine italiano y finalmente disfrazado de espermatozoide impide que uno se tome nada demasiado en serio. Ninguna de las historias es particularmente interesante por sí sola, o meritoria de demasiada discusión, pero todas juntas componen un bonito mosaico que definitivamente hace reír y relaja al espectador.
La cuestión sin embargo que parece intentar abordar Allen no es tanto traer al frente las revelaciones que el libro de Reuben presenta, más bien parece ser que lo que intenta hacer es cuestionar el merito de las mismas. La manera en que la cinta aborda cada una de las preguntas, de manera tan ridícula y empujando las posibles interpretaciones de los términos involucrados, da a pensar que la idea de Allen es más bien mostrar que las preguntas son en sí mismas absurdas. Es quizá un punto valido. No que todo discurso sobre el sexo debería quedarse envuelto en misterio y tabú como la sociedad conservadora lo hubiese querido (en 1970 y ahora), sino que quizá esta obsesión con explicar todo y encontrar teorías para todo en realidad sea quizá igualmente nociva.
Es posible que Allen no pretendiera nada más que hacer una película chistosa, pero vista su trayectoria es difícil pensar eso, aun cuando se habla del inicio de su carrera. Parece más creíble que la total falta de solemnidad, y en algunos casos de conexión, en las respuestas que da a las preguntas sean su manera de decir que toda la discusión es absurda, y que si a esas vamos, igual pretender examinar lo que el espermatozoide está pensando antes de lanzarse a la misión de su vida.
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