Un corto por una buena causa, con una buena producción. Una idea trillada para el personaje, más de un punto débil en el guion; pero aun así, como siempre, el merito de haber dado el paso. Si bien cinematográficamente hay poco que decir, estuvo bien que existiese este bonito proyecto.
No hay ficha IMDB, ¿pero qué tal corto en sí mismo?
Me cuesta trabajo llamar a un cortometraje que costo $27,000 (US Dollars), una obra de “fan fiction”. Aunque en realidad, que importa cuanto haya costado, eso es. Un grupo de fans que contaron una historia sin poseer los derechos de los personajes. Imagino que no se metieron en problemas solo porque todo el relajo fue para una buena causa.
City of Scars cuenta una de las tantas maldades del Joker. En esta ocasión, después de escapar de Arkham, secuestra a un miembro del congreso y a su hijo, después de matar a la esposa. Batman lo rastrea siguiendo pistas que lo hacen confrontar a Harley Quinn, Scarface y Zsasz. Ciertamente mas para satisfacción de los fans (detrás y delante de la cámara) que porque tenga sentido para la historia. Si bien el caballero de la noche logra frustrar el atentado que planeaba el Joker (bastante aguado); no llega a tiempo para evitar que el hijo de las victimas (el miembro del congreso está muerto ahora también) asesine al Joker.
La historia gira alrededor de una de las preguntas eternas en la mitología de Batman (que se discute en clases de filosofía, para la inexplicable sorpresa de la BBC): ¿no es Batman responsable de los crímenes del Joker, puesto que no ha dado al asunto una solución permanente? Mientras la pregunta es ciertamente valida y revela de la complejidad del personaje; el tratamiento en esta pequeña producción es plano y sin interés.
La presentación del conflicto moral se hace literalmente lo cual nunca es bueno, y jamás me quedo claro si Batman reciente este conflicto o no. La idea de la victima que termina, por fin, con la vida del Joker es sin duda interesante, pero tristemente llega al final, cuando lo único que queda es un largo monologo que no responde siquiera a las preguntas planteadas, sino que termina con una serie de frases para hacernos sentir bien prendidos, sin razón alguna.
Un concepto interesante, una idea interesante, una producción de relativa calidad; pero al final solo una serie de eventos que no aportan nada ni al medio, ni al personaje.
No hay ficha IMDB, ¿pero qué tal corto en sí mismo?
Me cuesta trabajo llamar a un cortometraje que costo $27,000 (US Dollars), una obra de “fan fiction”. Aunque en realidad, que importa cuanto haya costado, eso es. Un grupo de fans que contaron una historia sin poseer los derechos de los personajes. Imagino que no se metieron en problemas solo porque todo el relajo fue para una buena causa.
City of Scars cuenta una de las tantas maldades del Joker. En esta ocasión, después de escapar de Arkham, secuestra a un miembro del congreso y a su hijo, después de matar a la esposa. Batman lo rastrea siguiendo pistas que lo hacen confrontar a Harley Quinn, Scarface y Zsasz. Ciertamente mas para satisfacción de los fans (detrás y delante de la cámara) que porque tenga sentido para la historia. Si bien el caballero de la noche logra frustrar el atentado que planeaba el Joker (bastante aguado); no llega a tiempo para evitar que el hijo de las victimas (el miembro del congreso está muerto ahora también) asesine al Joker.
La historia gira alrededor de una de las preguntas eternas en la mitología de Batman (que se discute en clases de filosofía, para la inexplicable sorpresa de la BBC): ¿no es Batman responsable de los crímenes del Joker, puesto que no ha dado al asunto una solución permanente? Mientras la pregunta es ciertamente valida y revela de la complejidad del personaje; el tratamiento en esta pequeña producción es plano y sin interés.
La presentación del conflicto moral se hace literalmente lo cual nunca es bueno, y jamás me quedo claro si Batman reciente este conflicto o no. La idea de la victima que termina, por fin, con la vida del Joker es sin duda interesante, pero tristemente llega al final, cuando lo único que queda es un largo monologo que no responde siquiera a las preguntas planteadas, sino que termina con una serie de frases para hacernos sentir bien prendidos, sin razón alguna.
Un concepto interesante, una idea interesante, una producción de relativa calidad; pero al final solo una serie de eventos que no aportan nada ni al medio, ni al personaje.
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