Un par de magos rivales se dedican a destruir la vida el uno del otro en una historia más acerca de los peligros de la escalada de conflictos. Con una narrativa muy interesante, de la narración dentro de la narración dentro de la narración, Nolan logra contar una historia convincente pero que todavía podría pulirse un poco más
La ficha IMDB
Robert Angier (Hugh Jackman) y Alfred Borden (Christian Bale) son un par de magazos cuya antipatía mutua llega al extremo cuando Alfred decide hacer un cambio en un truco de magia que resulta en la muerte de la esposa de Robert. De ahí en adelante este par de muchachos se dedicara a destruir todo lo que el otro construye, resultando en perdida de dedos, clausura de espectáculos, pérdidas multimillonarias y traiciones de guapísimas asistentes.
Hay dos cosas que resultan atractivas de esta cinta (además de Scarlett Johansson). Por un lado está la narrativa. La historia comienza con la muerte de Robert y la puesta en prisión de Alfred. Este empieza a leer el diario de su rival que comienza con los intentos de aquel por descifrar el diario de su rival (así es). Y entonces saltamos de un periodo de la historia al otro, de una perspectiva a otra, sin transición, sin mayor pista de donde nos encontramos en el tiempo que los eventos en sí mismos. Fuera de una falta de referencia temporal (en términos de la distancia entre eventos); la historia es sorprendentemente fácil de seguir y la elección narrativa simplemente resulta en una cinta atractiva donde el suspenso se mantiene bastante bien. Además, la elección de esquema narrativo corresponde bien a la oposición de los personajes así como a la naturaleza de sus personalidades.
Este es el otro atractivo de la película. Los personajes son complejos y con motivaciones que parecen autenticas (aunque tal vez algunas situaciones, sobre todo al final, parecen excesivas). Si bien durante buena parte de la historia parece que Robert es el bueno y Alfred es bien malo, poco a poco queda claro que las cosas no son tan blanco y negro. Robert sigue siendo el centro de la historia, y Alfred nunca deja de ser realmente antipático…más bien Robert se vuelve cada vez más ambiguo hasta que queda claro que ninguno de estos dos amigos completamente obsesionados es realmente bueno fuera de sus mentes.
Llega un momento que todos los giros y sorpresas pierden fuerza, puesto que hay tantos, y es lamentable que al final la historia haya necesitado de un dejo de fantasía para resolver uno de sus misterios.
La duplicidad y complejidad de Alfred así como la deshumanización de Robert quedan en evidencia cuando revelan sus secretos y aunque me quedo con la sensación de que pudieron haber más pistas, la verdad es que el todo está bien armado y parece cargar con su propio peso, desde los diálogos del inicio, al parecer sin importancia, hasta el final; pasando por el mago chino que pasa toda su vida actuando, en nombre de su espectáculo.
La experimentación narrativa por parte de Nolan será explorada todavía más en Inception (2010) y aunque no estoy seguro que haya habido realmente evolución, definitivamente es refrescante ver estos pequeños riesgos de vez en vez.
La ficha IMDB
Robert Angier (Hugh Jackman) y Alfred Borden (Christian Bale) son un par de magazos cuya antipatía mutua llega al extremo cuando Alfred decide hacer un cambio en un truco de magia que resulta en la muerte de la esposa de Robert. De ahí en adelante este par de muchachos se dedicara a destruir todo lo que el otro construye, resultando en perdida de dedos, clausura de espectáculos, pérdidas multimillonarias y traiciones de guapísimas asistentes.
Hay dos cosas que resultan atractivas de esta cinta (además de Scarlett Johansson). Por un lado está la narrativa. La historia comienza con la muerte de Robert y la puesta en prisión de Alfred. Este empieza a leer el diario de su rival que comienza con los intentos de aquel por descifrar el diario de su rival (así es). Y entonces saltamos de un periodo de la historia al otro, de una perspectiva a otra, sin transición, sin mayor pista de donde nos encontramos en el tiempo que los eventos en sí mismos. Fuera de una falta de referencia temporal (en términos de la distancia entre eventos); la historia es sorprendentemente fácil de seguir y la elección narrativa simplemente resulta en una cinta atractiva donde el suspenso se mantiene bastante bien. Además, la elección de esquema narrativo corresponde bien a la oposición de los personajes así como a la naturaleza de sus personalidades.
Este es el otro atractivo de la película. Los personajes son complejos y con motivaciones que parecen autenticas (aunque tal vez algunas situaciones, sobre todo al final, parecen excesivas). Si bien durante buena parte de la historia parece que Robert es el bueno y Alfred es bien malo, poco a poco queda claro que las cosas no son tan blanco y negro. Robert sigue siendo el centro de la historia, y Alfred nunca deja de ser realmente antipático…más bien Robert se vuelve cada vez más ambiguo hasta que queda claro que ninguno de estos dos amigos completamente obsesionados es realmente bueno fuera de sus mentes.
Llega un momento que todos los giros y sorpresas pierden fuerza, puesto que hay tantos, y es lamentable que al final la historia haya necesitado de un dejo de fantasía para resolver uno de sus misterios.
La duplicidad y complejidad de Alfred así como la deshumanización de Robert quedan en evidencia cuando revelan sus secretos y aunque me quedo con la sensación de que pudieron haber más pistas, la verdad es que el todo está bien armado y parece cargar con su propio peso, desde los diálogos del inicio, al parecer sin importancia, hasta el final; pasando por el mago chino que pasa toda su vida actuando, en nombre de su espectáculo.
La experimentación narrativa por parte de Nolan será explorada todavía más en Inception (2010) y aunque no estoy seguro que haya habido realmente evolución, definitivamente es refrescante ver estos pequeños riesgos de vez en vez.
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