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Edith Warton (1862-1937) vivió en Nueva York precisamente en la época que describe. En 1907, fecha en que se acaba la historia de Lily Bart, se fue a vivir a Paris. La trayectoria de su heroína nos permite ver el juego de la alta sociedad a principio del siglo pasado, época de las grandes fortunas
En ese mundo, todo lo que cuenta son las apariencias, de riqueza, de elegancia, de relaciones. Una mujer, fiel a principios morales, pero que da la apariencia de ser por ejemplo infiel será mal vista por la sociedad. Y los castigos serán terribles: susurros, miradas, aislamiento.
Que Lily trate de ser fiel a sus ideas de amor, amistad, honor no le garantiza la felicidad y menos aun un lugar en la sociedad. Solamente unos cuantos se dan cuenta de su autentico valor: Lawrence Selden (Eric Stoltz), Carry, (Elizabeth Mac Govern) Sim Rosedale.(Anthony LaPaglia). Se niega a ser esposa o amante, simplemente para cubrir sus necesidades financieras y se topa con la maldad de algunos, empezando por su prima, que la acusa de ser el motivo de la muerte de la tía por sus dudas de juego. O su “amiga” Bertha Dorset (Laura Linney) , quien la utiliza para cubrir sus infidelidades
Asistimos a la degradación social de Lily, desde la ociosidad aristocrática, en los salones, las cenas, la opera, el yacht en Monte-Carlo, hasta el trabajo asalariado, primero como asistente de una dama rica, finalmente como aprendiz de modista. Pero su talento de destreza la hace despedir, y llega a la miseria.
En la ultima escena, Lily se desploma, vencida por la pobreza a la cual los prejuicios de la sociedad la llevaron y, en un gesto simbólico avienta al fuego las cartas que revelan el mal comportamiento de Bertha. Hacerlo en la chimenea de Selden, es hacer en su presencia (pero lo descubrirá demasiado tarde) el sacrificio. Ya que revelar el contenido de estas cartas al mundo seria la forma de restablecer su buena reputación frente a la sociedad. Pero seria al costo de sus principios de honor y pulcritud moral. Denunciar sería un acto moralmente reprochable.
Buena ambientación, en particular los trajes, pero sin el lujo de Sorsese. lo que la hace más accesible, menos lejana al espectador. Una excelente selección de música clásica.
Y lastima que ya no vemos a Gillian Anderson; tiene gran belleza y talento.
Edith Warton (1862-1937) vivió en Nueva York precisamente en la época que describe. En 1907, fecha en que se acaba la historia de Lily Bart, se fue a vivir a Paris. La trayectoria de su heroína nos permite ver el juego de la alta sociedad a principio del siglo pasado, época de las grandes fortunas
En ese mundo, todo lo que cuenta son las apariencias, de riqueza, de elegancia, de relaciones. Una mujer, fiel a principios morales, pero que da la apariencia de ser por ejemplo infiel será mal vista por la sociedad. Y los castigos serán terribles: susurros, miradas, aislamiento.
Que Lily trate de ser fiel a sus ideas de amor, amistad, honor no le garantiza la felicidad y menos aun un lugar en la sociedad. Solamente unos cuantos se dan cuenta de su autentico valor: Lawrence Selden (Eric Stoltz), Carry, (Elizabeth Mac Govern) Sim Rosedale.(Anthony LaPaglia). Se niega a ser esposa o amante, simplemente para cubrir sus necesidades financieras y se topa con la maldad de algunos, empezando por su prima, que la acusa de ser el motivo de la muerte de la tía por sus dudas de juego. O su “amiga” Bertha Dorset (Laura Linney) , quien la utiliza para cubrir sus infidelidades
Asistimos a la degradación social de Lily, desde la ociosidad aristocrática, en los salones, las cenas, la opera, el yacht en Monte-Carlo, hasta el trabajo asalariado, primero como asistente de una dama rica, finalmente como aprendiz de modista. Pero su talento de destreza la hace despedir, y llega a la miseria.
En la ultima escena, Lily se desploma, vencida por la pobreza a la cual los prejuicios de la sociedad la llevaron y, en un gesto simbólico avienta al fuego las cartas que revelan el mal comportamiento de Bertha. Hacerlo en la chimenea de Selden, es hacer en su presencia (pero lo descubrirá demasiado tarde) el sacrificio. Ya que revelar el contenido de estas cartas al mundo seria la forma de restablecer su buena reputación frente a la sociedad. Pero seria al costo de sus principios de honor y pulcritud moral. Denunciar sería un acto moralmente reprochable.
Buena ambientación, en particular los trajes, pero sin el lujo de Sorsese. lo que la hace más accesible, menos lejana al espectador. Una excelente selección de música clásica.
Y lastima que ya no vemos a Gillian Anderson; tiene gran belleza y talento.
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