La relación es evidente y por lo tanto debía pasar en algún momento: El Hombre Murciélago contra El Vampiro (con mayúsculas). La verdad es que ha pasado muchas veces, con muchos tonos distintos y diferentes niveles de calidad. En esta ocasión, se trata de pura acción y buena animación, mas que suficiente para pasar un buen rato.
La ficha IMDB
Penguin (Tom Kenny) y Joker (Kevin Michael Richardson) se escapan de Arkham Asylum, y por accidente el primero despierta al mismísimo Dracula (Peter Stormare) de su tumba. Dracula comienza a aterrorizar la ciudad, convirtiendo a cientos de ciudadanos en sus súbditos. Batman (Rino Romano) debe dejar de lado sus intentos por seducir a la guapísima Vicky Vale (Tara Strong) para detener al maestro de las tinieblas.
La serie de televisión The Batman se separó de sus antecesoras al concentrarse completamente en la acción. Personajes que antes (y en el comic) no fueron nunca retos físicos para Batman sino más bien intelectuales, como Joker, ahora se convirtieron en verdaderos atletas con bombas y navajas voladoras y toda la cosa. Eso dio lugar a tramas menos intensas pero harta acción. El diseño de personajes, si bien se aleja bastante en algunos casos del material original, es bien interesante y funciona muy bien para las secuencias harto dinámicas y para enfatizar las emociones (aunque limitadas a dos o tres) de los personajes.
Eso le va perfecto a esta bonita cinta que tiene desde el inicio peleas bien emocionantes y una excelente animación. Cualquier pretensión de una trama elaborada se va a la basura muy rápido, pero está bien, porque para entonces ya hemos visto al Penguin escapar de la cárcel y a Joker y Batman intercambiar suficientes patadas que ya nada más importa.
El personaje de Dracula está bien representado y es un maloso digno de respeto. No hay en ningún momento ninguna esperanza de que sus poderes sobre naturales sean contrarrestados por Batman, excepto por su puesto cuando la batalla no es física, sino de voluntades. Batman resiste al poder hipnótico de Dracula, porque es Batman y nadie tiene más voluntad que él. Nadie.
Todas las secuencias de acción tienen momentos bien emocionantes, aunque se lleva las palmas la pelea entre Batman y el Joker vampiro (así es, Joker vampiro). Aunque no tiene sentido la manera en que está diseñado el banco de sangre, la secuencia está bien padre y el maloso da de verdad miedo, sobre todo por el inteligente uso de la iluminación. Dicho eso, la pelea entre Batman y Dracula en los techos de Gotham también está bien padre, sobre todo porque la clara desventaja en la que se encuentra Batman crea una sensación de suspenso que eleva el dramatismo bastante.
En general, no hay nada que recordad de Batman vs Dracula salvo los muy buenos golpes y, otra vez, el excelente trabajo de animación. Pero, en realidad no hay nada más que pedir.
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