Película sobre la educación en México que derrumba puertas abiertas. Ni honestamente documental, ni claramente polémica, coquetea con el método Michael Moore. Pero finalmente no es tan aburrida como se esperaba, tiene bonita fotografía y pone algunos puntos sobre las i (s).
Ficha IMDb
Como cualquier película polémica, y Michael Moore esta de ejemplo, De panzazo evita ciertos temas y abunda en otros. Las imágenes se alargan sobre ciertas situaciones. Y, obviamente, hay un enemigo que se va perfilando al mismo tiempo que un amigo se va identificando.
No debemos olvidar cuando la película se realizó: en tiempos electorales. Ni quien la hizo. La figura de Loret de Mola está omnipresente, y detrás de él, se perfila la gran silueta de Televisa, empresa dueña de las mentes mexicanas que ven televisión publica. Y cuarto poder por excelencia de México, tal vez más fuerte que los otros tres.
Claramente, en lo que refiere a la pésima situación de la educación en México (pero no excepción en el mundo actual), tema de la película, el responsable supremo designado por la película es le Secretaria de Educación Pública, la SEP. Y me parece que las posiciones hacia la secretaria general y eterna del sindicato, el SNTE, o sea "la maestra" Elba Esther Gordillo, son mucho más suaves. Recordemos que la "maestra" esta a la cabeza de un nuevo partido político, Nueva Alianza, que apadrinó a un candidato presidencial. Es cierto que este no tenía ninguna oportunidad frente a los tres gigantes, PRI, PAN y PRD. Pero la maestra sabe que el tiempo es su aliado. Basta ver su trayectoria: la retrospectiva de discursos de entrega y apoyo al régimen que muestra la película, es, para eso, muy divertida. Desde que se revela al público, a finales de los años 80’s, la "maestra" ha protestado de su lealtad a cada gobierno en turno. No cambian las palabras. Cambia el look de la señora.
Mismo tratamiento, pero al revés, le da el director a los discursos de los presidentes sobre el papel preponderante de la educación. ¡Remontamos el tiempo y los presidentes, con las mismas palabras, hasta Lopez Mateos (1958-1964)!
Así usa la película de un fino sentido del humor. Menos fino y más directamente inspirado por los métodos de Michael Moore, el episodio de búsqueda del número mágico: ¿Cuantos alumnos tiene la SEP? Búsqueda de la dirección correcta en las calles del centro de México, pregunta a los policías de la entrada, espera. Larguísima espera para dar con un funcionario capaz de dar la respuesta. Pero nadie la tiene.
Documental forzosamente incompleto, filme polémico que no quiere mostrar abiertamente su opinión, De panzazo busca los responsables en un tema donde no hay solo uno.
Para sonar completo y organizado, cuatro partes: los alumnos, los maestros, los padres de familia, las autoridades educativas. Pero no son equilibradas, son mal llenadas. Se dejan invadir por detalles. Los contenidos se traspapelan. Se pierde tiempo (por ejemplo la escena de la búsqueda del número de alumnos, ciertas escenas de alumnos perdiendo el tiempo) para hacer relleno.
Utilización de argumentos de autoridad en la persona de Denisse Dresser, periodista pero no especialista en educación, quien parece dar un aval intelectual a la seriedad de la empresa de Rulfo y Loret de Mola..
El uso de graficas y monitos lindos para no aburrir con una sucesión de imágenes reales y cifras, y para dar un tono de documento basado sobre datos oficiales y por ende objetivo. Pero hay quien las discute. Cifras de presupuesto comparadas con otros países de la OCDE, numero de maestros que cobran sin trabajar, de maestros que han comprado su plaza, resultados a la prueba PISA, estadísticas sobre la probabilidad de conseguir un buen trabajo, con indicación del salario probable (muy discutible), para cada nivel de enseñanza.
Pero, finalmente, en el tema de la educación, hay pocos datos objetivos. Y muchas impresiones subjetivas. El uso de testimonios es solo eso, vivencias personales. Se trate de padres, maestros o alumnos, de escuelas privadas o públicas, o hasta del Secretario de educación pública, Ernesto Lujambio, que parece un poco perdido. Y por ende sujetas a discusión. También se usan escenas simbólicas, como la del niño en silla de ruedas que no puede subir una rampa demasiado inclinada, y a quien nadie ayuda.
El mensaje alentador y positivo del final, con música de esperanza, suena a cuento de hadas. Sobre todo con la música melosa que le pusieron. Distribuye las recomendaciones. Reparte consejos. Unos para los alumnos, unos para los maestros, unos para los padres, para el sindicato, para las autoridades educativas. Que cada quien ponga su piedrita y el problema desaparecerá. La educación en México renacerá.
Solo una pequeña observación: es muy fácil dar consejos cuando uno no trabaja en el campo que uno crítica. La crítica es fácil, el arte es difícil, decía mi abuela.
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