Mejor conocido por sus cintas de terror y producciones de televisión, Sam Raimi es un confeso fan de comics que estaba emocionado cual chamaco por ser parte de Spider-Man. La verdad es que se nota y a pesar de tener sus momentos ridículos, Spider-Man es bien divertida.
La ficha IMDB.
La ficha IMDB.
Peter Parker (Tobey Maguire) es un huerfanito viviendo con sus tíos. Peter es un perfecto nerd, un pequeño genio a quien todo el mundo molesta, excepto por su mejor amigo, el ricachón Harry Osborn (James Franco) hijo del poderoso Norman Osborn (Willem Dafoe). En una visita escolar, Peter es mordido por una araña genéticamente modificada, lo que le da arácnidos poderes. Intentando impresionar a la chica de sus sueños, Mary Jane (Kristen Dunst), Peter toma una serie de malas decisiones que llevan a la muerte de su tío (Cliff Robertson). A partir de entonces, Peter se dedica a combatir el crimen y deberá enfrentarse a un enloquecido Norman Osborn, y sacrificar todo lo que le hace feliz.
La cosa con los héroes de Marvel que los hizo tan radicalmente distintos de los de la competencia era que tenían corazoncito. Más que figuras divinas, los X-Men, Spider-Man, Los Avengers son todos héroes dramáticos, con problemas y vidas más cercanas a una telenovela que a una comedia. La verdad es que si bien a veces esa cualidad es llevada al extremo, resulta en historias mucho más interesantes.
La premisa de Spider-Man fue la misma desde siempre: Peter Parker es un tipo genuinamente bueno, siempre con una buena actitud pero con muy mala suerte. A Spider-Man lo quiere la gente, pero lo odia el sistema. A Peter lo tratan mal en su trabajo, en la escuela y solo tiene pocos amigos (por supuesto, eventualmente consiguió a la chica y eso compensa bastante). Más que nada, Peter se siente responsable por la muerte de su tío y no hay nada que pueda hacer al respecto. La frase que marca a este superhéroe es: con gran poder viene una gran responsabilidad y la vida de Peter está marcada por esto, siempre se ve forzado a dejar de lado su felicidad por hacer lo correcto. La cosa es que eso es bueno, es bueno ver a un superhéroe quien explícitamente escoge el camino correcto por encima del sencillo.
Sam Raimi hace un excelente, pero excelente trabajo en representar esto. Desde el inicio e inclusive con los detalles más pequeños la cinta pone en claro no solo el ánimo de la cinta, sino también el tema central: la responsabilidad. Lo mejor aun es que el equipo logra mantener esto en las dos secuelas de la serie.
Quizá lo más meritorio de la cinta es la excelente narrativa. La historia fluye bien y es contada no solo con palabras pero sobre todo con imágenes, con situaciones, así como debe ser. Los problemas de cada personaje, sus motivaciones, no están presentadas en largos diálogos de exposición o explicaciones después de los hechos. Suceden de manera orgánica, en cada escena, en cada secuencia. Gracias a un excelente guion y dirección, los actores, sin ser necesariamente grandes en su profesión (excepto quizá Defoe) logran transmitir exactamente lo que está pasando por sus mentes.
El problema más grande de la cinta viene de su uso de CGI rudimentario, que hace que Spider-Man parezca de hule cuando correo por las azoteas. Es sin embargo un problema perdonable porque viene de una limitación técnica para acomodar una necesidad conceptual. Spider-Man es así, ágil, rápido. Rebota en paredes y se tuerce de maneras imposibles. La única manera de representar eso es con CGI y la tecnología simplemente todavía no estaba ahí. Pero está bien utilizada. Los movimientos son rápidos, fluidos y la cámara se mueve alrededor de ellos de una manera que resalta la acción y no la confunde. Simplemente geniales.
Una gran obra no es una con necesariamente un gran concepto o grandes intenciones. Es una que tiene una idea y la sigue en fondo y forma, en cada detalle. Esto es lo que hace de Spider-Man una excelente cinta. Esto y Krsiten Dunst.
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