Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Thursday, September 20, 2012

Hysteria (Tanya Wexler, 2011) - 5/10

Comedia muy ligera con atractiva dirección de arte, ya que la acción tiene lugar en el Londres de 1880. Actores buenos sin más. Sobre el descubrimiento del vibrador eléctrico.

Ficha IMDb

El principio de la película quiere dar a entender claramente que el tema es médico. Y que se pretende meter en el punto de vista de la época. El tema de moda entonces era la histeria, término que permite catalogar como enfermas a un montón de mujeres: "la mitad de Londres", como dice el Doctor Dalrymple (Jonathan Pryce) se ve afectada, en más o menos gravedad, por esta plaga. Del momento que expresan, por sus actos, palabras, o dolencias físicas, cualquier grado de insatisfacción con sus vidas.

Varios tratamientos, como también lo señala el eminente doctor, han sido probados. En particular hipnosis, con los trabajos del Dr Charcot en Paris, lo que llevará al sicoanálisis, con los trabajos de Freud y Jung (A Dangerous Method, Cronenberg-2011).

Así que el principio de la cinta nos muestra a un joven doctor, Mortimer Granville (Hugh Drancy), tratando de implementar los nuevos principios de higiene a un hospital de Londres, en contra de las costumbres. Ya tenemos a nuestro héroe, el doctor moderno. Su amigo rico, Edmund St John-Smythe (Rupert Everett) experimenta con electricidad, y será uno de los primeros en tener teléfono en su casa. Despedido por su jefe, el joven Granville encuentra trabajo con el famoso Dr. Dalrymple, quien ha encontrado la forma de aliviar los casos de histeria (leve) de sus pacientes ricas: masaje de la vulva, para que el "útero hiperactivo" vuelva a condiciones normales. (La palabra Histeria proviene de "uterus", así que solo las mujeres pueden ser histéricas). Con tal cantidad de pacientes, el Doctor necesita un asistente, quien vivirá bajo su techo, en compañía de la perfecta hija Emily (Felicity Jones), recatada y dulce, cuya única fantasía es el estudio de la frenología, rama de la medicina que pretende descubrir los rasgos de carácter de una persona a partir de la observación y medición de su cabeza. No olvidemos que muchas de las descripciones de Balzac se basan sobre esta teoría. Y, si nos parece ridícula, pensemos en los médicos nazis y sus estudios de cabezas para determinas científicamente las diferencias raciales.

Pero el buen (sus tratamientos son muy eficientes) doctor tienen también una hija "histérica", Charlotte (Maggie Gyllenhaal), quien atiende una casa de caridad en un barrio pobre. Esta loca (o sea, histérica) pretende que las mujeres voten, estudien en las universidades y escojan sus esposos.

Con eso tenemos todos los elementos para que se dé la historia. Juntándolos, se obtienen dialogues vivaces, divertidos para un habitante del siglo XXI, unas escenas que quieren ser cómicas de mujeres muy vestidas logrando el "paroxismo", o sea, según el doctor, un ataque de histeria, que permite curar el útero enfermo y de esta forma evitar la histerotomía, o la estancia n un manicomio.

Cuando la pobre mano del asistente sufrirá de stress por exceso de trabajo, o sea de calambres, encontrara alivio en el plumero eléctrico de su amigo. Y lo aplicará a las damas. El método y el aparato.

Elemental, mi querido Watson (mismo Londres, misma época). (Y, por cierto la misma época que Dracula de Bram Stoker, y que la reina Victoria….)

Todo acabará con mucho dinero y una petición de mano en la nieve a la puerta de la prisión de la cual sale Charlotte, después de golpear a un policía. O sea: también las rebeldes se casan. Hay esperanzas para todas.

Pero es una historia verdadera y, como los muestran los créditos finales, el vibrador inventado por el Dr Granville ha sido durante mucho tiempo considerado como tratamiento médico, y se vendía en las farmacias o en el catalogo de Sears. Aliviaba a las mujeres y permitía a los hombres no preocuparse por las locuras femeninas. Así se quedaban tranquilas.

Un poco limitada en sus declaraciones sobre los derechos de la mujer, pero divertida, agradable de ver por los hermosos vestidos. Con un sentido del humor no muy fino que digamos, que funciona como los albures, sobre el doble sentido. El sentido escondido es el conocimiento que tenemos nosotros, ciudadanos del mundo moderno, del verdadero significado .


Pero muestra uno de los avatares de la vieja tradición: a las mujeres rebeldes las llamaban brujas en la edad Media y hasta el siglo XVIII, histéricas en el siglo XIX. ¿Feministas en el siglo XX? Es todo el tema de la película de Lars von Trier : Antechrist (2009).

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