Aun no queda claro si la idea detrás de Casa de Mi Padre fue una idea real o si fue solamente un intento por acercarse del mercado de crecimiento más importante en los Estados Unidos (los hispano parlantes). Como sea el resultado es sin duda interesante con momentos de hilaridad y de impresionante lucidez.
La ficha IMDB.
Después de una larga ausencia, Raúl (Diego Luna) regresa al rancho de su padre (Pedro Armendáriz Jr.) acompañado de su radiante novia Sonia (Genesis Rodríguez). Su hermano Armando (Will Ferrell) esta que no cabe de gusto, aunque sospecha que Sonia solo está interesada en el dinero de Raúl. El plan de Raúl es el de hacer suyo el territorio controlado por el famoso narcotraficante Onza (Gabriel García Bernal) . Para complicar las cosas, un despiadado agente de la DEA (Nick Offerman) hará lo posible por acelerar el conflicto para que los dos narco traficantes acaben el uno con el otro.
Ver a Will Ferrell hablando en español es gracioso por un momento pero es muy difícil sacudirse la sensación de que ese precisamente fue el chiste que inicio todo el proyecto y si no es solamente un truco simplón para hacer reír a los gringos y ganarse el gusto de los latinoamericanos en Estados Unidos. La pregunta esta en el aire.
Como es costumbre con WIll Ferrell y todos los muchachos(as) de la tradición de Saturday Night Live hay un montón de chistes sosos (pero hilarantes) que giran alrededor de momentos incómodos, utilería de dos pesos y situaciones puramente ridículas. Por supuesto que eso provoca dos que tres carcajadas. Lo que es interesante es que algunos de estos momentos están integrados en la cinta de una forma que corresponde perfectamente a la estética de las producciones del gigante mediático mexicano Televisa tanto para sus telenovelas como para el cina en los años 80.
Parece que la producción de verdad hizo un trabajo alrededor del lenguaje de dichas producciones pues hay muchísimas momentos donde esa sobre estilización y absurdo drama se hacen presentes. Esto es sin duda una de las dos cosas realmente interesantes en la cinta. Que esa estética quede tan bien con el humor de Ferrell y sus amigos puede ser una increíble coincidencia o algo de lo que finalmente se dieron cuenta y en lo que capitalizaron muy bien.
La segunda cosa interesante, quizá la mas, son los dos o tres diálogos que existen en la cinta que dicen directamente y sin ningún subterfugio algunas cosas que alguien tenía que decir. Hay todo un dialogo entre los hermanos Raúl y Armando donde el exponen lo completamente aberrante del sistema de vida gringo y presentan una justificación al tráfico de drogas explicando que los gringos se comportan como niños, completamente irresponsables pero que, para desgracia suya, no son niños y por lo tanto no le corresponde a nadie más cuidarlos. Así, sin ningún titubeo esta cinta de humor estúpido pone ahí para todos una realidad innegable. Claro que hay mucho que ahondar en ese discurso, pero es verdad y el simple hecho de decirlo así tiene gran merito.
Tristemente Casa de Mi Padre se siente como un sketch para televisión que duro demasiado, pero definitivamente es una cinta que vale la pena ver, solamente para ver como pone en evidencia los vicios de las dos sociedades a las que se refieren a través de esa estética con la que algunos de nosotros crecimos y esa estupidez a la que muchos más se están acostumbrando.
La ficha IMDB.
Después de una larga ausencia, Raúl (Diego Luna) regresa al rancho de su padre (Pedro Armendáriz Jr.) acompañado de su radiante novia Sonia (Genesis Rodríguez). Su hermano Armando (Will Ferrell) esta que no cabe de gusto, aunque sospecha que Sonia solo está interesada en el dinero de Raúl. El plan de Raúl es el de hacer suyo el territorio controlado por el famoso narcotraficante Onza (Gabriel García Bernal) . Para complicar las cosas, un despiadado agente de la DEA (Nick Offerman) hará lo posible por acelerar el conflicto para que los dos narco traficantes acaben el uno con el otro.
Ver a Will Ferrell hablando en español es gracioso por un momento pero es muy difícil sacudirse la sensación de que ese precisamente fue el chiste que inicio todo el proyecto y si no es solamente un truco simplón para hacer reír a los gringos y ganarse el gusto de los latinoamericanos en Estados Unidos. La pregunta esta en el aire.
Como es costumbre con WIll Ferrell y todos los muchachos(as) de la tradición de Saturday Night Live hay un montón de chistes sosos (pero hilarantes) que giran alrededor de momentos incómodos, utilería de dos pesos y situaciones puramente ridículas. Por supuesto que eso provoca dos que tres carcajadas. Lo que es interesante es que algunos de estos momentos están integrados en la cinta de una forma que corresponde perfectamente a la estética de las producciones del gigante mediático mexicano Televisa tanto para sus telenovelas como para el cina en los años 80.
Parece que la producción de verdad hizo un trabajo alrededor del lenguaje de dichas producciones pues hay muchísimas momentos donde esa sobre estilización y absurdo drama se hacen presentes. Esto es sin duda una de las dos cosas realmente interesantes en la cinta. Que esa estética quede tan bien con el humor de Ferrell y sus amigos puede ser una increíble coincidencia o algo de lo que finalmente se dieron cuenta y en lo que capitalizaron muy bien.
La segunda cosa interesante, quizá la mas, son los dos o tres diálogos que existen en la cinta que dicen directamente y sin ningún subterfugio algunas cosas que alguien tenía que decir. Hay todo un dialogo entre los hermanos Raúl y Armando donde el exponen lo completamente aberrante del sistema de vida gringo y presentan una justificación al tráfico de drogas explicando que los gringos se comportan como niños, completamente irresponsables pero que, para desgracia suya, no son niños y por lo tanto no le corresponde a nadie más cuidarlos. Así, sin ningún titubeo esta cinta de humor estúpido pone ahí para todos una realidad innegable. Claro que hay mucho que ahondar en ese discurso, pero es verdad y el simple hecho de decirlo así tiene gran merito.
Tristemente Casa de Mi Padre se siente como un sketch para televisión que duro demasiado, pero definitivamente es una cinta que vale la pena ver, solamente para ver como pone en evidencia los vicios de las dos sociedades a las que se refieren a través de esa estética con la que algunos de nosotros crecimos y esa estupidez a la que muchos más se están acostumbrando.
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