Parece ser la historia tradicional del soldado inadaptado que se irá transformando en héroe y salvará su país, sus amigos y demás. En realidad es una película de ciencia ficción y, si tiene efectos especiales, esos nunca son lo más importante.
Ficha IMDb
El oficial William Cage (Tom Cruise) es encargado de vender la guerra, o sea de hacer publicidad para que la gente tenga ganas de alistarse en el combate contra los Mimics, combate que viene alargándose desde muchos años, destruyendo a las más grandes ciudades. Actualmente la imagen para promover el producto-ejercito es la Rita Vataski (Emily Blunt), la heroína de Verdun. Muy bonita por cierto, encarna la valentía y su foto sobre los autobuses podría hacer pensar que enrolarse es lo mismo que comprarse un boleto para alguna isla paradisiaca.
Cage es un hombre de oficina, nunca ha participado en el menor de los combates y, cuando el general Brigham (Brendan Gleeson) le explica que va a tener que acompañar a los soldados en el desembarque en las costas de Francia, tiene pánico, pide, súplica, explica y.... se niega.
Después de un momento de sueño, coma, o cualquier tipo de ausencia mental, se encuentra en el muelle de salida, esposado y con su paquete militar. Sigue la introducción de rutina con sus compañeros de batallón, y la salida al combate con armadura, armas, avión, salto a la playa y primer contacto con el enemigo. Como buen novato, no entiende nada, lo hace todo al revés, o no lo hace.
Total, acaba muerto, atacado por una criatura enemiga gigantesca, del tipo arácnido.
Y despierta sobre el muelle de salida con esposas y paquete militar.
Eso le pasará una decena de veces, hasta que entienda que debe ponerse en contacto con la famosa heroína de Verdun, que él mismo utilizó para su gran campaña publicitaria. La experimentada guerrera le explica que ha sido atacado por una especie superior de Mimic, cuyo veneno altera el tiempo. Explicaciones científicas, lógicas y suficientemente sencillas para que el espectador promedio pueda entender y seguir con gusto, hasta interés lo que sigue: repeticiones, entrenamientos, juegos con diminutos cambios irónicos. Y lento progreso hasta el final de la misión: atacar el mimic –cerebro-central, escondido abajo del Museo del Louvre. Esta última expedición ofrece hermosas imágenes de un París destruido, con la Torre Eiffel caída, el jardín de las Tuileries inundado.
Todo eso da una película entretenida, a veces divertida. Con un guiño a la historia: la heroína es llamada la “heroína de Verdun”, como la más sangrienta batalla de la Primera Guerra Mundial. Con la alusión al día D, el desembarque de las fuerzas aliadas en Normandía, a pocos días del aniversario y de la llamativa ceremonia de conmemoración organizada por el presidente Hollande. La situación de Paris oscuro e inundado no es sin recordar Paris ocupado durante la Segunda Guerra Mundial. Porque finalmente, todas la guerras se parecen y se reproducen, en un ciclo sin fin.
En cuestión de efectos especiales, llama la atención que los mimics no sean tan invasivos, es decir que no se les vea mucho. Y son hasta hermosos. Lo que más impacta son los equipamientos de los soldados, dignos de las armaduras de la Edad Media y del Renacimiento, en más modernas y equipadas.
Pero lo especial de la película es el tratamiento del tiempo, un tiempo que se puede alterar y volver a vivir. Hace pensar en los videojuegos, en los cuales los jugadores deben aprender de sus errores hasta hacer el recorrido perfecto que les permitirá pasar al nivel siguiente. En una monomanía obsesiva, cual adicción cercana a la locura. La tensión producida por esta obsesión- compulsión es compensada por la ironía de los intentos de cambios que Cage trata de introducir a cada nueva resurrección, para ser más eficiente, acabar más rápido o simplemente, divertirse un poco.
Tom Cruise llegó ya a una edad fuera de la edad, ni joven ni viejo, está perfecto para el papel, ya que esta inmovilizado fuera del tiempo. Emily Blunt está muy linda, pero igual podría pelear, conducir, cocinar o hacer otra cosa, tan poco expresiva es.
En resumen, buena película de acción, sin exceso de efectos especiales, y atractivamente sorpresiva y suspensiva. No contaremos el final ya que es bastante obvio.
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