El juego de dos adolescentes ociosos que se creen superiores a todo mundo, a la ley, a los servicios científicos de la policía y quieren realizar el asesinato perfecto pero no contaban con la astucia de una agente. Inteligente y entretenida, pero muy parecida a un buen episodio de CSI. Sin embargo es un buen thriller que mantiene atento al espectador.
Ficha IMDb
Richard Haywood (Ryan Gosling) es rico, popular hasta la arrogancia, muy inteligente. Y se aburre. Tiene bajo su influencia un compañero de clase, Justin Pendleton (Michael Pitt), tímido, pero brillante y muy conocedor de ciencias forenses. Juntos, nadan más para divertirse, planean el asesinato perfecto. Matan a una mujer al azar, tiran el cuerpo a la orilla del rio, y organizan todo para inculpar a Ray Feathers (Chris Penn), conserje de la escuela, quien es proveedor de drogas de Richard.
La agente encargada del caso, Cassie Mayweather (Sandra Bullock) es una solitaria, poco comunicativa sobre su vida pasada. Su nuevo compañero, Sam Kennedy (Ben Chaplin) no le inspira mucha confianza profesional. Hasta que empezará la predecible atracción sentimental.
Como el padre de Richard es un importante contribuyente, las directivas oficiales sugieren no darle seguimiento a unas huellas de botas que implican al joven, Sin embargo, Cassie insiste en seguir su corazonada. No se deja impresionar por las falsas pistas colocadas por los jóvenes sobre el cuerpo de la víctima: pelos de babuino, restos de alfombra. Ni por su apariencia de no ser amigos, a pesar de encontrarse en una casa abandonada junto al acantilado, donde consumen alcohol y droga. La rivalidad entre ellos por el amor de una compañera, Lisa Mills (Agnes Bruckner) será su fin.
El final es digno de Hitchcock, con pelea al borde del precipicio y revelación de la verdad al último momento.
La cinta se inspira de un caso real, acontecido en Chicago en 1924, cuando Richard Loeb de 18 años y Nathan Leopold de 19 mataron a un adolescente de trece años solo por el placer de matar y demostrar que podían ser más inteligentes que los detectives. Loeb era hijo del vice-presidente de los almacenes Sears. Los dos eran excelentes estudiantes.
La frialdad de los asesinos recuerda también al crimen que inspiró Truman Capote para A sangre fría, ejemplo de novela de no-ficción.
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