Pretende ser a la vez película negra, de suspenso y de arte. Pero no logra ser nada. Dos normalmente buenos actores no pueden salvarla de su desorden y su pretensión.
Ficha IMDb
En resumen, un comandante de marina mercante, Marco Silvestri (Vincent Lindon) vuelve a Paris cuando se entera del suicidio de su cuñado Jacques (Laurent Grévill). La fábrica de zapatos que este dirigía con su esposa, Sandra ( Julie Bataille ) hermana de Marco, está en quiebra. Las deudas son demasiadas. Parece que todo es culpa de Edouard laporte (Michel Subor) , riquísimo hombre de negocios. Además, Justine (Lola Créton) , la sobrina de Marco fue encontrada de noche, caminando en tacones altos, desnuda en la calle, los muslos llenos de sangre.
Parece ser una película de venganza. Tipo Monte Cristo volviendo para acabar con los que le hicieron daño. Pero no queda claro el motivo de la caída de la familia Silvestri: ¿fue por mala administración, impuestos injustos? ¿O fue por presión del malvado que prestó dinero para salir de esta situación? Marco, solo con su laptop donde tiene artículos sobre Laporte, con sus camisas blancas nuevas de 300 euros, y sus cigarrillos, renta el departamento en el piso arriba del matrimonio Laporte .
En resumen: seduce a la esposa, Raphaëlle (Chiara Mastroianni) , compone la bicicleta del niño, saca todo el dinero de su seguro de vida, vende su Alfa Romeo, encuentra la casa en el campo donde su sobrina era explotada sexualmente por un extraña pareja , Xavier ( Grégoire Colin ) et Élysée (Florence Loiret-Caille). Laporte manda matones a castigarlo cuando se entera de la relación con su esposa.
Pero todo en desorden, sin explicación. Se puede entender un montaje no lineal. Pero todas las escenas deben, en un momento u otro, tener su lugar en la narración. Aquí, algunas nunca encajan. ¿Porque la búsqueda del niño en el bosque de noche y el dolor de su madre?
Marco seduce a la esposa, se supone por venganza. Además la trata de una forma bastante desagradable. Pero no la usa para acercarse al esposo, o para hacerle daño al niño. Además, ella es más victima que otra cosa.
Muchas escenas se repiten como por ejemplo la de Raphaëlle llevando a su hijo a la escuela. Solo para el día en que el chico no saldrá porque su papa ya se lo llevó. Hay escenas tontas como la de la preparación del pastel. Y más tonta la del niño invitado. Totalmente superfluas. Y esta toma larguísima del coche accidentado sobre la grúa. ¿Para hacernos entender que fue un accidente espantoso y que la sobrina murió del abuso de drogas al que la llevó la pareja infernal?
¿Cómo llegan Marco y su hermana a la casa en el campo? ¿Cuál es exactamente el papel del dueño? Esta casa, mejor dicho este almacén o granero resulta extraño, ajeno al mundo francés. Es como un collage de una realidad más gringa, tipo Faulkner en Sanctuary.
Ninguno de los personajes está bien definido. Y la interpretación de los actores no ayuda para entender lo que piensan (además hay muy pocos diálogos), sienten o buscan. Las escenas de sexo son largas, sin ser útiles al significado de la historia, y ni siquiera hermosas
Parece que Claire Denis quiso hacer escenas extremas en diferentes direcciones: película de arte, película negra, película de venganza, película erótica, película de denuncia. Pero no logra en ninguno de los estilos. Y el final interminable que alude al incesto entre padre e hija, es como una mala cereza sobre un pastel indigesto.
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