Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, August 3, 2011

Caprichos del destino (Sydney Pollack.-1999) – 7/10


Dos personas bien instaladas en su vida personal y conyugal se encuentran par azar cuando descubren que sus conyugues tenían una relación. Una muy buena observación de las consecuencias del engaño protagonizada con talento por Harrison Ford y Kristin Scott-Thomas, sobre fondo de jazz nostalgico.

Ficha IMDb

Dutch Van Den Broek (Harrison Ford) es un policía de asuntos internos, felizmente casado con su encantadora esposa, Peyton Van Den Broeck (Susanna Thompson). Por su parte Kay Chandler (Kristin Scott Thomas), es una congresista muy respetada, esposa de Cullen Chandler (Peter Coyote). El matrimonio además tiene una hija en etapa adolescente, Jessica Chandler (Kate Mara). Cada quien aparentemente se dedica en toda honestidad y sinceridad a su papel profesional y familiar.

El azar interviene en sus vidas cuando se estrella el avión con destino a Miami, en que viajaban Peyton y Cullen, quienes tenían una relación amorosa.

Al tratar de establecer la verdad, Dutch presionara a Kay para que acepte la verdad, llegando casi al hostigamiento. Poco a poco una relación se establece entre ellos. En la que ella se muestra a la vez más reservada, temerosa, por ser más conciente de la realidad: su papel en su familia y en su vida profesional (y su imagen política). Y lo que puede significar esta nueva relación. Siempre centrada, razonable, trabaja a una reconstrucción de ella misma que pasa por la destrucción de las huellas de lo que fue mentira y engaño en su matrimonio.

En cambio, Dutch se obsesiona en tratar de descubrir si el idilio de sus respectivas parejas era algo importante, o simplemente era una relación esporádica. Lleva a cabo, como buen detective que es, una investigación escrupulosa, y hasta obsesiva. Interroga en repetidas ocasiones a las colegas de Peyton, vuela hasta Miami al hotel donde iban, quiere ver el cuarto (tomas sostenidas de la cama, la bañera, los dos pares de pantuflas.), escucha y vuelve a escuchar los mensajes telefónicos (no había celulares en estos años). Su comportamiento enfermizo delata la debilidad profunda de este hombre, exteriormente fuerte y seguro, su profunda dependencia hacia su esposa, hacia el éxito de sus operaciones policíacas, y ahora hacia esta nueva mujer en su vida.

La vida profesional de cada uno sirve de contrapunto a la evolución íntima. Para Dutch, un asunto con unos indicadores, en el cual su intolerancia se desata en accesos de violencia (escena en el boliche) y que acabará por casi costarle la vida. Para ella, su campaña para senadora, con recaudación de fondos y campaña en los medios, en la cual es asistida por amigos y asistentes, uno de ellos interpretado por Sydney Pollack mismo.

Un ritmo pausado, reflexivo, para mostrar las etapas del descubrimiento del engaño en su complejidad , seguido de los intentos para una recuperación, y que tiene el valor de dejar un final a la expectativa, como la vida misma. Con dos grandes actores.

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