Linda película muy amena que vehicula todos los clichés culturales sobre Paris. Pero no tiene el espíritu cáustico y tierno de Woody Allen, salvo en su personaje principal. Gil (Owen Wilson). Pero, como siempre, una banda sonora magnifica.
Ficha IMDb
Desde el prologo, larga galería de vistas de Paris sobre fondo de jazz, se entiende que vamos a ver a Paris como lo ven los turistas : "Ciudad Luz", ciudad del amor, ciudad de la cultura.
Es una película divertida porque es un cuento, reposando sobre un truco de magia. Una historia muy ligera y que no hay que tomar en serio. Es un cuento de hadas, en el cual, el príncipe Gil (Owen Wilson) puede encontrar a su princesa, Adriana (Marion Cotillard) , solo en ciertos lugares, después de subirse, a las doce de la noche, en un misterioso coche. Porque la carroza de Ceniciento aparece, al contrario del cuento, con las doce campanadas. También al contrario de los cuentos, la princesa no es tan inaccesible y pura : ha sido amante de Modigliani, Picasso y otros más. Pero conserva cierto aire angelical y soñador.
Como en todo cuento, hay una moraleja: hay que aceptar su realidad y no soñar en tiempos pasados. El mito de la Edad de Oro, mencionado varias veces, no esta para nada profundizado y todo queda a nivel de bonitas imágenes, bien cuidadas. Con una lujosa recreación de los años veinte. Se nota que Woody Allen se dio gusto y se divirtió mucho a darles vida a su héroes: los Fitzgerald (Alison Pill y Tom Hiddelston), Gertrude Stein (Kathy Bates), Cole Porter.El gran Hemingway tiene una presencia impactante con Corey Stoll , Adrian Brody es un Salvador Dali poseído por los “rhinocéros”, y Buñuel esta completamente perdido, y no le ve ningún interés al tema del Angel exterminador (Bunuel- 1962) que le propone Gil.
Parece una recreación cultural para niños, para enseñarles a que se parecían tan ilustres personajes, en esterotipos con todos los tópicos de trajes y utilerías. Porque son los héroes personales de Woody Allen. No es una visión objetiva de los círculos culturales en Francia en esos años. Ningún latinoamericano, ningún músico, ningún bailarín. Es la mirada norteamericana sobre la cultura europea.
Y Gil es Woody Allen. Habla como él. Se comporta como él. Siempre un poco detonante, diferente, incomprendido, ingenuo, desfasado . Solo en él subsiste el “tono” Allen, la acidez y la irreverencia ante la vida, este humor “cortesía de los desesperados”. Los demás son puras fachadas, inclusive los personajes de la vida real de Gil : su prometida Inez ( Rachel Mc Adams), el pedante Paul (Michael Sheen) y su novia Carol (Nina Ariana), los padres de Inez (Kurt Fuller y Mimi Kennedy ). (Y la guía del museo Rodin, bastante tiesa y carente de vida, es la mismísima primera dama de Francia Carla Bruni ) . Todos evolucionando en un Paris inventado: Paris de lujo, de alta costura, de comidas finas y de glamour. Todos en diálogos sin chispa, lejos de los cínicos, espantosos y divertidísimos de Así pasa cuando sucede (2009) o más civilizados de Conocerás al hombre de tus sueños (2010) .
El efecto de sorpresa y la sonrisa provocada por las apariciones de Zelda y Scott, Cole y Hemingway, desaparecen muy rápido. Porque cada noche es lo mismo. Es una serie de apariciones y el espectador espera y trata de adivinar: ¿quien será el próximo? ¿Sabré reconocerlo? Es talvez para escapar de tanta repetitividad que Allen agregó un nivele: la Edad de Oro dentro de la Edad de Oro de Gil, o sea la Edad de Oro de Adriana , la Bella Epoca, donde aparecen Degas, Gauguin, Toulouse-Lautrec,y el French Cancan. Esto le permite a Gil relativizar su sueno de vivir en otra época. Siempre es más fácil ver los errores en los demás. Adriana se equivoca al querer vivir veinte años antes de su tiempo. Entonces, él esta cometiendo el mismo error.
Pero Allen nos deja también entender que los sueños nos dan, sino la inspiración, al menos la capacidad de trabajar mejor, de corregirnos, de profundizar, encarnados (si se puede decir) en Gertrude Stein cuyos consejos Gil aprovechar al trabajar cada mañana a su novela.
Ficha IMDb
Desde el prologo, larga galería de vistas de Paris sobre fondo de jazz, se entiende que vamos a ver a Paris como lo ven los turistas : "Ciudad Luz", ciudad del amor, ciudad de la cultura.
Es una película divertida porque es un cuento, reposando sobre un truco de magia. Una historia muy ligera y que no hay que tomar en serio. Es un cuento de hadas, en el cual, el príncipe Gil (Owen Wilson) puede encontrar a su princesa, Adriana (Marion Cotillard) , solo en ciertos lugares, después de subirse, a las doce de la noche, en un misterioso coche. Porque la carroza de Ceniciento aparece, al contrario del cuento, con las doce campanadas. También al contrario de los cuentos, la princesa no es tan inaccesible y pura : ha sido amante de Modigliani, Picasso y otros más. Pero conserva cierto aire angelical y soñador.
Como en todo cuento, hay una moraleja: hay que aceptar su realidad y no soñar en tiempos pasados. El mito de la Edad de Oro, mencionado varias veces, no esta para nada profundizado y todo queda a nivel de bonitas imágenes, bien cuidadas. Con una lujosa recreación de los años veinte. Se nota que Woody Allen se dio gusto y se divirtió mucho a darles vida a su héroes: los Fitzgerald (Alison Pill y Tom Hiddelston), Gertrude Stein (Kathy Bates), Cole Porter.El gran Hemingway tiene una presencia impactante con Corey Stoll , Adrian Brody es un Salvador Dali poseído por los “rhinocéros”, y Buñuel esta completamente perdido, y no le ve ningún interés al tema del Angel exterminador (Bunuel- 1962) que le propone Gil.
Parece una recreación cultural para niños, para enseñarles a que se parecían tan ilustres personajes, en esterotipos con todos los tópicos de trajes y utilerías. Porque son los héroes personales de Woody Allen. No es una visión objetiva de los círculos culturales en Francia en esos años. Ningún latinoamericano, ningún músico, ningún bailarín. Es la mirada norteamericana sobre la cultura europea.
Y Gil es Woody Allen. Habla como él. Se comporta como él. Siempre un poco detonante, diferente, incomprendido, ingenuo, desfasado . Solo en él subsiste el “tono” Allen, la acidez y la irreverencia ante la vida, este humor “cortesía de los desesperados”. Los demás son puras fachadas, inclusive los personajes de la vida real de Gil : su prometida Inez ( Rachel Mc Adams), el pedante Paul (Michael Sheen) y su novia Carol (Nina Ariana), los padres de Inez (Kurt Fuller y Mimi Kennedy ). (Y la guía del museo Rodin, bastante tiesa y carente de vida, es la mismísima primera dama de Francia Carla Bruni ) . Todos evolucionando en un Paris inventado: Paris de lujo, de alta costura, de comidas finas y de glamour. Todos en diálogos sin chispa, lejos de los cínicos, espantosos y divertidísimos de Así pasa cuando sucede (2009) o más civilizados de Conocerás al hombre de tus sueños (2010) .
El efecto de sorpresa y la sonrisa provocada por las apariciones de Zelda y Scott, Cole y Hemingway, desaparecen muy rápido. Porque cada noche es lo mismo. Es una serie de apariciones y el espectador espera y trata de adivinar: ¿quien será el próximo? ¿Sabré reconocerlo? Es talvez para escapar de tanta repetitividad que Allen agregó un nivele: la Edad de Oro dentro de la Edad de Oro de Gil, o sea la Edad de Oro de Adriana , la Bella Epoca, donde aparecen Degas, Gauguin, Toulouse-Lautrec,y el French Cancan. Esto le permite a Gil relativizar su sueno de vivir en otra época. Siempre es más fácil ver los errores en los demás. Adriana se equivoca al querer vivir veinte años antes de su tiempo. Entonces, él esta cometiendo el mismo error.
Pero Allen nos deja también entender que los sueños nos dan, sino la inspiración, al menos la capacidad de trabajar mejor, de corregirnos, de profundizar, encarnados (si se puede decir) en Gertrude Stein cuyos consejos Gil aprovechar al trabajar cada mañana a su novela.
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