Es difícil pensar que el dúo dinámico de Bobby y Peter Farrelly es el responsable por comedias como There’s Something About Mary (1998) o Me, Myself and Irene (2000); famosas por los chistes alejados de cualquier idea de buen gusto pero que inevitablemente arrancan carcajadas; y también por Hall Pass, que es desabrida como pocas.
La ficha IMDB
Rick (Owen Wilson, tristemente sub-utilizado) está felizmente casado con Maggie (Jenna Fisher); bueno, tan feliz como es posible. Su mejor amigo, Fred (Jason Sudeikis) es igualmente feliz con su esposa Grace (Christina Applegate). Fred solo piensa en sexo, Rick tiene el comentario ocasional en ese sentido; pero en general parece ser un bastante buen marido. Por eso resulta sorprendente que Maggie decide darle una semana libre del matrimonio, para hacer lo que sea. Rick obtiene una también, y los resultados son absolutamente predecibles.
Claramente la intención era hacer una de esas comedias románticas de cuates, bro-mantic comedies que les dicen ahora, que lo dejan a uno con una sensación suavecita y apapachable por lo profundas y humanas que son; y todo mientras nos hacen reír. Hall Pass no lo consigue.
Es una lástima que Owen Wilson este en ella, pues de verdad le queda chica la película y su compañero de juerga simplemente no es capaz de entrar en los delirantes intercambios verbales que Wilson lleva a cabo tan bien con Vince Vaughn o Ben Stiller.
Por supuesto, para existir la cinta necesita que los matrimonios sean lo bastante malos como para justificar la premisa, pero suficientemente buenos para que el final bonito tenga sentido. Quizá funcione con el matrimonio secundario, el de Fred y Grace; cuya historia termina de la manera tan predecible que hasta da pena; pero simplemente no funciona con Rick y Grace. Esto hace que Grace termine pareciendo como una desgraciada demente y uno se pregunta entonces porque Rick no simplemente se va a vivir con la guapísima australiana (Nicky Whelan).
Los chistes vulgares están tan forzados que no dan risa, los chistes no vulgares están tan forzados que no dan risa y las situaciones absurdas están tan forzadas que no dan risa.
Ni humana ni chistosa, meh.
La ficha IMDB
Rick (Owen Wilson, tristemente sub-utilizado) está felizmente casado con Maggie (Jenna Fisher); bueno, tan feliz como es posible. Su mejor amigo, Fred (Jason Sudeikis) es igualmente feliz con su esposa Grace (Christina Applegate). Fred solo piensa en sexo, Rick tiene el comentario ocasional en ese sentido; pero en general parece ser un bastante buen marido. Por eso resulta sorprendente que Maggie decide darle una semana libre del matrimonio, para hacer lo que sea. Rick obtiene una también, y los resultados son absolutamente predecibles.
Claramente la intención era hacer una de esas comedias románticas de cuates, bro-mantic comedies que les dicen ahora, que lo dejan a uno con una sensación suavecita y apapachable por lo profundas y humanas que son; y todo mientras nos hacen reír. Hall Pass no lo consigue.
Es una lástima que Owen Wilson este en ella, pues de verdad le queda chica la película y su compañero de juerga simplemente no es capaz de entrar en los delirantes intercambios verbales que Wilson lleva a cabo tan bien con Vince Vaughn o Ben Stiller.
Por supuesto, para existir la cinta necesita que los matrimonios sean lo bastante malos como para justificar la premisa, pero suficientemente buenos para que el final bonito tenga sentido. Quizá funcione con el matrimonio secundario, el de Fred y Grace; cuya historia termina de la manera tan predecible que hasta da pena; pero simplemente no funciona con Rick y Grace. Esto hace que Grace termine pareciendo como una desgraciada demente y uno se pregunta entonces porque Rick no simplemente se va a vivir con la guapísima australiana (Nicky Whelan).
Los chistes vulgares están tan forzados que no dan risa, los chistes no vulgares están tan forzados que no dan risa y las situaciones absurdas están tan forzadas que no dan risa.
Ni humana ni chistosa, meh.
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