Banksy es sin duda el artista más relevante en este momento. No digo el que esta más de moda o mejor se vende o te hace ver como que eres bien radical pero de onda si lo mencionas. Y precisamente de eso se trata su película.La ficha IMDB está
aquíLa cinta sigue a Thierry Guetta, un francés en Los Ángeles obsesionado con filmar cuanto se le ponga enfrente. Por accidente Thierry descubre que su primo es ni más ni menos que
Invader, uno de los artistas de la calle sensación del momento. A partir de ese descubrimiento Thierry se dedica a filmar a todos los artistas de la calle relevantes:
Shepard Fairey, Zevs,
André y muchos más. El único que se le escapa es el notorio
Banksy. Hasta que fortuitamente se encuentran. Una cosa lleva a la otra e inspirado por Banksy Thierry decide convertirse en artista también, bajo el nombre MBW (Mr. Brainwash). Y arma una exposición de la noche a la mañana, y se vuelve una sensación de la noche a la mañana.
La cinta es presentada como un documental. Esta filmada como un documental. Y por momentos lo es realmente, muestra el trabajo y momentos de la vida de estos artistas. Se detiene en Banksy un poco más, mostrando con detalle su famosísima exposición en Los Ángeles Existencilism y la tal vez más famosa instalación del prisionero de Guantánamo en el parque Disney. Pero donde más se detiene es en documentar algo que, estoy convencido, es una pieza de ficción.
Así como Duchamp presento la Fuente en 1917 para demostrar que no “todo es arte” como los imbéciles de la Sociedad de Artistas Independientes pretendían; estoy convencido que Banksy, junto con Fairey e Invader entre otros, inventaron a Thierry. Le dieron una historia y orquestraron su ascenso caótico al estrellato del arte. No tengo más evidencia que la obra de Thierry y lo que Exit Through the Gift Shop muestra. Si estoy equivocado, es otra prueba que el sistema en el que estamos es una porquería. Si estoy en lo correcto, es una prueba de que el sistema en el que estamos es una porquería, pero al menos hay gente dispuesta a jugar con él, fuera de él.
La obra de Banksy es relevante porque no solo es técnicamente interesante y estéticamente lograda. Lo es también porque sus temas son punzantes y provocadores, atacando pilares fundamentales del sistema socio-político en el que vivimos a veces de manera directa, a veces indirecta, pero nunca sutil. Encima de eso, eligió los medios que mejor funcionan para este tipo de mensajes por su naturaleza misma. Hay mucho que decir sobre cada una de sus obras.
De pronto, como muchos otros artistas de la calle, Banksy se volvió parte necesaria de la colección de cualquier aficionado al arte que se respete. Y mientras seguramente hay algunos que valoran las obras en sí mismas, otros tantos valoran el hecho de coleccionar por encima de cualquier cosa. Ahora un Banksy se vende en cientos de miles de dólares. Claro, el artista no ve un quinto, pero esos son detalles.
Mr. Brainwash solo produce un pop art reciclado y sin chiste. Bajo su propia confesión, no lo produce el mismo, sino que lo “idea” y alguien más, un ejército de artesanos, ejecuta esas ideas (hay que decir que los talleres del renacimiento no eran muy diferentes). Es claro en la cinta que no tiene la mas mínima idea de qué demonios pueden significar sus obras. Es un idiota, no un artista. Pero eso pasa mucho.
Son los detalles los que me dicen que todo esto es una broma. El descubrimiento del primo artista es completamente artificial. La confesión sobre la obsesión por la cámara como resultado de la madre está fuera de lugar, las tomas a un Thierry que no sabe ni como colgar cuadros, sus explicaciones superfluas…No, para mí, todo esto está montado.
Al final los revendedores de arte se siguen llenando las bolsas, los coleccionistas siguen dictando que vale y que no. Pero al menos detrás hay una noción. La noción de un arte con propósito, la noción de una idea que no se vende.