Adaptada de una novela exitosa. Una producción muy cuidada. Pero una película aburrida.
Ficha IMBD
La producción es de lujo: la construcción de las casas, por dentro y por fuera, barrios enteros, puentes, calles. Los maravillosos jardines. Trajes y accesorios para soñar.
Pero al historia es en realidad bastante convencional: un amor mas fuerte que todos los obstáculos. Los cuales en este preciso caso provienen de las condiciones mismas de las geishas : desarrollar un trabajo sin involucrarse sentimentalmente con los clientes.
Si la película es preciosa en el sentido que muestra las obras de arte que son los jardines japoneses y las geishas (“obras de arte en movimiento”), no deja de ser una película aburrida por su contenido y su estructura narrativa : la niña se enamora, hace todo para acercarse al hombre, mucho mayor que ella obviamente, acepta todas las obligaciones que le presenta la vida para que, después de varios finales, el señor en cuestión le confiese que siempre la amó, y que el condujo el destino de ella a distancia. Un final meloso, inverosímil.
Las actuaciones son buenas, sin más. Superficiales, como Michele Yeoh, reducida a una figuración de lujo. Shang Ziyi , utilizada mas por su belleza, su elegancia y su fragilidad aparentes. Pero no actúan. Y una mala muy mala, que se parece al estereotipo de la japonesa violentamente sensual.
La maquinaria hollywoodense en el mundo de la delicadeza y la sutileza japonesa. O sea, el elefante en la tienda de porcelanas.
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