La separación entre la realidad y la ficción se confunden en esta cinta de Cronenberg, que explora la relación entre los video juegos y los individuos…hasta qué punto están, literalmente, conectados.
La ficha IMDB se puede leer aquí.
Una compañía de videojuegos a punto de lanzar el nuevo producto de un rock-star del medio organiza un focus group para mostrar el juego a algunos suertudos. Dentro del grupo hay un par de fundamentalistas que creen que los video-juegos son dañinos para la sociedad y planean quitar la vida al creador del juego. La cosa es que como estos juegos son sistemas de realidad altamente complejos, la cinta se construye a partir de una puesta en abismo donde dentro de la simulación hay otra simulación y otra simulación, todo a partir de la premisa del juego inmersivo y un grupo rebelde que busca acabar con su creador. No es hasta el final que sabemos (tal vez) cual es la realidad.
La premisa es sin duda interesante, un juego de realidad virtual tan inmersivo que llega un momento que es difícil sino imposible saber cuál es la realidad y que el juego. Interesante sino nueva. Por supuesto también se presta al final del tipo what-a-twist… Más interesante es creo yo la fuerte postura que parece tomar Cronenberg respecto a la inmersión de los video juegos en la vida de los individuos.
En cuanto a forma la cinta no ofrece nada realmente innovador. El guion tiene carencias evidentes en su lógica. La idea base (o la que parece serlo al inicio) del asistente de mercadotecnia que debe ayudar a salvar el juego del siglo es estúpida por decir lo menos. Puede ser que se perdone cuando descubrimos que todo es parte de la simulación pero…meh. Las actuaciones no son convincentes porque los personajes no parecen tener más que una dimensión y media. De nuevo la justificación puede estar en la premisa de la simulación; pero puesto que no hay momento ninguno donde los personajes puedan desarrollarse, más bien me inclino a pensar que nadie se tomo la molestia de desarrollarlos.
Las cosas se ponen interesantes cuando comienza a haber referencias en un plano de simulación a elementos de otro plano de simulación. La noción de que algo mas grande está sucediendo aparece de pronto y logra generar una tensión. La resolución a esa tensión es bastante pobre y predecible, pero al menos durante la película hay una sensación de movimiento.
También es interesante, como en todas las cintas de Cronenberg, la dirección de arte. Esos elementos casi gore parecen estar justificados ahora en estas consolas de video juegos casi orgánicas, hechas a partir de partes de animales. Tiene sentido en el discurso sobre la integración de los video juegos en la vida cotidiana que estas consolas estén casi vivas, pero también sean repugnantes y el resultado de algo que, a todas luces, no debería existir. En diferentes niveles de simulación son más o menos asquerosas, pero la idea de esta cosa que se introduce en nuestro cuerpo, que es invasiva y que pare existir necesita de la muerte de seres vivos, es definitivamente interesante como hipérbole de lo que son cada vez más los juegos de video.
Al final eXisnteZ resulta demasiado primaria; una buena idea que no hubo tiempo de trabajar..había que hacer una película ya. La magia del cine, está en la capacidad de decir sin tener que decir…es el caso con cualquier forma de narración que pretenda transmitir una idea…Si al final un personaje tiene que mirar a la cámara y decir: are we still in the game? para que entendamos que la simulación puede seguir hasta el infinito…meh.
Sunday, May 9, 2010
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