Una muy interesante película, extraña y angustiante.
Ficha IMDB
Con un ritmo muy lento, la película nos lleva, al ritmo de las sesiones de terapia del protagonista a adentrarnos a su angustia. Un personaje muy taciturno (William H. Macy), con una cara seria, reflexiva. Apenas si puede hablar con el siquiatra, con su familia. Y es que su vida es de lo más extraña: Alex mata para vivir. Y el negocio es de sus padres.
Como hablar cuando uno tiene la vida controlada por los padres, cuando uno tiene que callar frente a su esposa. Toda esta vida es mentira. Mentira obligada.
Y los únicos que tienen libertad de palabra son el hijo y la joven Sarah, que conoció en la sale de espera del consultorio (Neve Campbell). Así que no es de extrañar que sean los únicos con quien el hombre tenga ganas de estar. Las escenas de Alex hablando con el pequeño Sammy antes de que se duerma son momentos de paz y al mismo tiempo llenas de vida, con la libertad de movimiento, de palabra y de reflexión de un niño inteligente, tierno y espontáneo, al lado de un padre inmóvil pero muy atento.
La presencia del padre (Donald Sutherland) se hace cada vez mas impositiva, como una carga de la cual no hay manera de liberarse. Un padre omnipresente, que se impone, en los recuerdos que surgen por el análisis, en las exigencias “laborales”. En los principios de educación para el chiquito. Un padre que lo sabe todo, y que exige la ejecución del siquiatra. Alex, con dificultad, trata de negarse y de renunciar a su “trabajo”.
Entre suspenso y drama, la película nos lleva cada vez mas hondo en el sufrimiento del personaje, en su infierno, creado, orquestado por el padre. Y cuando el abuelo empieza la educación al crimen del niño, cuando el padre ve el sufrimiento de este niño que es lo único puro en su vida, por fin se levanta en contra del tirano .A costo de su vida.
Todos los actores están perfectos: Neve Campbell de ligereza y espontaneidad, W. Macy, de confusión frente a su trabajo, a su vida, su matrimonio, su papel de padre. Pero Donald Sutherland domina a todos, en su cinismo, su maldad disfrazada de normalidad. Su falta total de moralidad. Social, al matar, mandar a matar, y hacerlo por dinero. Y familiar, al usar a los suyos, al aplastarlos, aniquilarlos con tan buena conciencia.
Como hablar cuando uno tiene la vida controlada por los padres, cuando uno tiene que callar frente a su esposa. Toda esta vida es mentira. Mentira obligada.
Y los únicos que tienen libertad de palabra son el hijo y la joven Sarah, que conoció en la sale de espera del consultorio (Neve Campbell). Así que no es de extrañar que sean los únicos con quien el hombre tenga ganas de estar. Las escenas de Alex hablando con el pequeño Sammy antes de que se duerma son momentos de paz y al mismo tiempo llenas de vida, con la libertad de movimiento, de palabra y de reflexión de un niño inteligente, tierno y espontáneo, al lado de un padre inmóvil pero muy atento.
La presencia del padre (Donald Sutherland) se hace cada vez mas impositiva, como una carga de la cual no hay manera de liberarse. Un padre omnipresente, que se impone, en los recuerdos que surgen por el análisis, en las exigencias “laborales”. En los principios de educación para el chiquito. Un padre que lo sabe todo, y que exige la ejecución del siquiatra. Alex, con dificultad, trata de negarse y de renunciar a su “trabajo”.
Entre suspenso y drama, la película nos lleva cada vez mas hondo en el sufrimiento del personaje, en su infierno, creado, orquestado por el padre. Y cuando el abuelo empieza la educación al crimen del niño, cuando el padre ve el sufrimiento de este niño que es lo único puro en su vida, por fin se levanta en contra del tirano .A costo de su vida.
Todos los actores están perfectos: Neve Campbell de ligereza y espontaneidad, W. Macy, de confusión frente a su trabajo, a su vida, su matrimonio, su papel de padre. Pero Donald Sutherland domina a todos, en su cinismo, su maldad disfrazada de normalidad. Su falta total de moralidad. Social, al matar, mandar a matar, y hacerlo por dinero. Y familiar, al usar a los suyos, al aplastarlos, aniquilarlos con tan buena conciencia.
No comments:
Post a Comment