En la Indochina de los años 20, una institutriz francesa viuda invirtió toda su fortuna en la compra de unas tierras que, cada año, están invadidas por las mareas del océano.
Ver ficha.
No queda gran cosa del ambiente atormentado que creó Marguerite Duras, en una novela (Un Barrage contre le Pacifique – 1950) que fue una de las primeras variaciones sobre el tema de lo que sería después El Amante.
La cinta nos presenta una Indochina de cuento, bañada en una luz anaranjada muy romántica, como si todo pasara al atardecer.
Muy difícil creer en Isabelle Huppert como la madre, vieja, ya sin ilusiones, enferma, y al mismo tiempo cínica, dispuesta a vender a su hija al chino rico que desprecia, simplemente porque necesita el dinero para la hipoteca.
Ninguno de los personajes tiene la fuerza ni la maldad de los caracteres de Marguerite Duras. Se han eliminado totalmente la realidad del campo, la injusticia de la administración colonizadora, con los nativos y con los pequeños colonos franceses, la rivalidad entre los distintos estatutos sociales. Todo lo que hacía de la novela una obra llena de sufrimientos, como lo es , en general, la obra de Duras.
Una película tibia, con lindas fotos y lindos actores. Nada más.
Monday, May 3, 2010
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